Desde el inicio de su construcción, el 4 de abril de 1910, la Gran Vía se convirtió en el gran escaparate del nuevo Madrid. Surgió a imitación de otras vías europeas creadas en el siglo XlX como la Rue de la Paix en París o Regent Street en Londres, para acoger el creciente tráfico en el centro de la ciudad. Tras más de veinte años de obras en las que se demolieron 310 casas y se expropiaron 30 solares, sus 1.306 metros de longitud acabaron con el ambiente insalubre y congestionado de las pequeñas calles circundantes.
Su construcción se realizó en tres etapas, la primera comprendió el tramo entre calle de Alcalá y calle Montera (1910-1915), la segunda entre la Red de San Luis y Callao (1917-1922) y la tercera desde Callao hasta la calle Princesa, puerta de acceso a la zona noroeste de la ciudad (1925-1929); y experimentó varias modificaciones posteriores.
En 1921 se eliminó el bulevar que había en su tramo intermedio y en 1972 se desmontó el templete de entrada a la boca de metro de la Red de San Luis. En 2002 se reformaron la calzada y las aceras para darle un aspecto más homogéneo: se instaló pavimento de granito, se eliminaron las jardineras de cemento y se retiraron los “chirimbolos” publicitarios que habían generado descontento entre la ciudadanía. En 2009 fue eliminada la fuente de Herrero Palacios y se peatonalizaron la calle Montera y la plaza de Callao.
La Gran Vía representa el corazón comercial, turístico y de ocio de la ciudad de Madrid. Allí estaban los mejores cines y sedes de empresas –las telefonistas llegaron en 1930–, que posteriormente fueron cediendo su espacio al teatro musical y a grandes almacenes como el mítico SEPU (1934-2002). Fue escenario de la Guerra Civil –desde allí escribieron sus crónicas Hemingway, Dos Pasos o Cowles– y por ella han pasado manifestaciones y movilizaciones ciudadanas.
En los años 50 y 60, esta calle vivió su gran momento de esplendor y por ella pasearon grandes estrellas del cine como Ava Gadner y Sofía Loren. En los 80 era el punto de partida para llegar a los garitos de la movida madrileña. Inmortalizada en el cine por directores como Amenábar o Alex de la Iglesia, ha sido pintada por Antonio López y su trascendencia se ha plasmado en piezas musicales como la zarzuela “La Gran Vía” de Federico Chueca y en las canciones de Santiago Auserón, Joaquín Sabina y Antonio Flores.
La Gran Vía, convertida ya en uno de los ejes con mayor dinamismo comercial de Europa, mira el futuro con esperanza gracias a las obras que arrancarán en 2018, cuyo objetivo es dar mayor protagonismo a los peatones y a la movilidad sostenible.