Un entorno natural y monumental único y privilegiado se dan la mano de forma muy especial en el Real Sitio de El Pardo, el enclave situado a menos de diez kilómetros de la capital que cuenta con una riqueza cultural difícil de encontrar en cualquier otro lugar.
Este paisaje lleno de belleza es el ‘modelo’ en el que cada año se inspiran los participantes del Certamen Nacional de Pintura Rápida Real Sitio de El Pardo, que el pasado domingo 25 de septiembre celebró su décimo tercera edición congregando a 204 artistas (112 en categoría adulta y 92 en infantil), cifra que confirma que se trata de una de las citas culturales con más tradición de Fuencarral-El Pardo.
Este año, la jornada amaneció con un sol espléndido y una temperatura muy agradable que animó a los artistas e invitó a los visitantes a salir a la calle a disfrutar del paseo por el parque de la Mar Océana para comprobar cómo las obras iban llenándose de escenarios familiares. Así, la esquina de la calle de al lado; el monumento que se asoma a aquella plaza; el vecino que pasea con su perro y saluda a las señoras que descansan en un banco o los caminos y parques repletos de una vegetación que se empieza vestir de tonos ocres y rojizos de esta época fueron protagonistas en los lienzos. Porque, el otoño, con sus característicos tonos terrizos y sus árboles caducifolios fue la temática del certamen esta edición.
Tras la jornada artística, que transcurrió en un ambiente lúdico y festivo, llegó el momento de seleccionar a las mejores obras. Una tarea muy complicada para el jurado, en ambas categorías, dada la calidad de los trabajos y el alto nivel de este año. Así lo comprobó también en su recorrido por la exposición de las obras Javier Ramirez, concejal de Fuencarral-El Pardo.
Finalmente, en categoría adulto, el primer premio fue para Antonio Rojas; el segundo, para Isidoro Moreno y el tercer premio recayó en Juan Manuel Campos. Todas las obras ganadoras de esta edición han sido premiadas reconociendo su valor artístico, originalidad, la ejecución técnica y, especialmente, por su capacidad de transmitir la belleza y singularidad de El Real Sitio de El Pardo que se muestra en todo su esplendor en la época otoñal.