Hemos acompañado a José Martín, vecino de Fuencarral-El Pardo y gran conocedor de su historia, en una visita por el distrito. Con él nos hemos acercado a El Pardo y a su pasado vinculado a la aristocracia, del que dan cuenta sus monumentales palacios y construcciones. También paseamos por el casco antiguo de Fuencarral, que corresponde al barrio de Valverde, y que aún hoy conserva su estructura, carácter y tradiciones del pueblo que en su día fue. Además, hemos comprobado el urbanismo tecnológico presente en este distrito de negocios, con edificios inteligentes que acogen a alguna de las empresas más punteras de nuestro país, localizadas en los nuevos proyectos urbanísticos que han crecido a la sombra de barrios más históricos como el Barrio del Pilar.

Ahora te invitamos a recorrer este distrito que es uno y varios a la vez ¿nos acompañas?

Un poco de historia

Lo que ahora se conoce como Fuencarral-El Pardo no lo fue así hasta la pasada década de los 70, ya que con anterioridad se denominaba simplemente Fuencarral.  El distrito se formó con los municipios del Real Sitio de El Pardo y la antigua villa de Fuencarral, ambos incorporados a Madrid en 1949. Administrativamente está dividido en los barrios de El Pardo, Fuentelarreina, Peñagrande , Pilar, La Paz, Valverde, Mirasierra  y El Goloso.

De El Pardo a Valverde

En la actualidad, El Pardo sigue dando muestras de su significativo pasado histórico y artístico, más allá de su importancia económica o poblacional. Aquí, donde viven poco más de 3.000 personas, se encuentra el Palacio de El Pardo, originariamente pabellón de caza de los Austrias y residencia de invierno de los reyes de España hasta Alfonso XII después, fue también la residencia oficial de Francisco Franco.

Si la riqueza monumental de El Pardo es notable y está protegida, no lo es menos su valor medioambiental. En sus inmediaciones se encuentra el monte de El Pardo que, con una extensión de casi 16.000 hectáreas a lo largo del río Manzanares, es uno de los principales pulmones de la ciudad, con una gran diversidad de flora y fauna que convierten al monte en un tesoro ecológico y un espacio singular en el que entre encinas, alcornoques, fresnos o jaras campan a sus anchas gamos, águilas imperiales, buitres negros, conejos, ciervos o jabalís. Todo un espectáculo de la naturaleza que parece imposible que esté solo a unos kilómetros de la ciudad.

En el barrio de Valverde, en el actual edificio que alberga el centro sociocultural, se encontraba hace años la primera junta municipal del distrito, lo que confirma el relevante papel administrativo de la antigua villa de Fuencarral, convertida hoy en barrio.

Con solo perderse por sus calles se pueden observar reminiscencias medievales en edificios y vestigios que atestiguan su rico pasado. Entre ellas destaca la Casa Grande de Fuencarral, próxima a lo que fue la plaza mayor de la localidad. A simple vista puede pasar inadvertida porque su modesta fachada no revela lo que guarda en su interior: una auténtica joya histórica y ejemplo de arquitectura doméstica y agrícola propia de los siglos XVI y XVII que mejor se conservan en la capital.

Otro de las visitas recomendadas en el distrito es el santuario de Nuestra Señora de, Valverde en el barrio de Montecarmelo, reconocido en 1977 como monumento histórico-artístico por la Dirección General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos del Ministerio de Cultura, y declarado Santuario Mariano por el Arzobispado de Madrid. A este lugar acuden en romería cada mes de abril `fuencalarreros´ y visitantes para venerar la imagen de la patrona de Fuencarral, una de las más antiguas de Madrid.

Barrios de siempre y de nueva creación

Fuencarral pueblo fue ampliándose con diferentes barrios, tal y como sucedió, en la segunda mitad del siglo pasado, cuando el constructor José Banús impulsó la creación de viviendas para obreros e inmigrantes procedentes del campo. Así nació el barrio del Pilar, que siguió su expansión hacia el norte con la construcción de la colonia de Peñagrade y los barrios de Lacoma y Fuentelarreina.

A ellos se sumaron más tarde los nuevos desarrollos urbanísticos de Montecarmelo, Arroyo del Fresno y Las Tablas. Precisamente en este último se elevan alguno de los ejemplos del Madrid más vanguardista, ya que aquí tienen sede importantes multinacionales.

“Sin embargo, uno de los grandes retos del distrito es su falta de cohesión urbana”, tal y como afirma José. Dada su extensión, algunas zonas quedan algo aisladas del resto, por lo que los vecinos aguardan con grandes expectativas el proyecto Madrid Nuevo Norte que, sin duda, supondrá una auténtica transformación del norte de la ciudad.

Ahora sí queda claro que Fuencarral-El Pardo es un distrito de contrastes, en el que su rico patrimonio artístico, histórico y natural convive con hitos del Madrid más moderno. Un distrito en el que dehesas de pinos y encinas son morada de rapaces, jabalíes y ciervos mientras que unos metros más allá edificios de 12 alturas sirven de vivienda a la población. Un distrito de periodistas, poetas, obreros y cuarteles que hoy cuenta con una intensa actividad comercial y cultural. ¡El mejor distrito para vivir!