¿Sabías que desde el barrio de Colinas de Ciudad Lineal están las viviendas más elevadas de Madrid, con 800 metros sobre el nivel del mar?; ¿qué el barrio de San Pascual es conocido como ‘La bomba?; o ¿qué en Las Ventas del Espíritu Santo terminaba la ciudad de Madrid y las personas que partían de viaje por la Carretera de Aragón se abastecían  allí de provisiones?.

Estas y otras curiosidades sobre Ciudad Lineal son lo que descubrirán las personas que participen en ‘Pasea Madrid’, el programa de visitas guiadas gratuitas que cada año pone en marcha el Ayuntamiento de Madrid para dar a conocer a la ciudadanía el patrimonio cultural y arquitectónico de su ciudad a través de once recorridos históricos, como los distritos de Hortaleza y Barajas, el Parque del Retiro, el Búnker del Capricho o el Madrid de Galdós.

En el caso de Ciudad Lineal, el paseo se centra en la configuración de los barrios y su vida diaria, donde el urbanista e ingeniero Arturo Soria, del que se cumplen cien años de su muerte, dejó su impronta con la creación de un nuevo concepto de vida: el equilibrio entre naturaleza y ciudad.

Arturo Soria fue un visionario para su época. Hombre inquieto y emprendedor, poseía unas ideas que adelantaban en 30 años a sus coetáneos. Preocupado por el hacinamiento de la clase obrera en Madrid originado por el éxodo del campo y la revolución industrial, ideó un sistema de crecimiento geométrico para promover unas condiciones de vida higiénicas y saludables: la Ciudad Lineal.

El concejal de Ciudad Lineal, Ángel Niño, en la visita frente a la antigua sede de la CMU

Este modelo se basaba en la accesibilidad a los suministros básicos y equipamientos necesarios dispuestos a lo largo de un eje de comunicación, con viviendas unifamiliares dotadas de jardín, donde se mezclaban las clases sociales. Toda una revolución que incluía facilidades de pago a plazos de hasta 20 años para que la clase obrera pudiera acceder a una vivienda. Este modelo lineal se desarrolló a finales del siglo XIX y comienzos del XX, y supuso una alternativa para descongestionar las ciudades.

La historia más desconocida

El paseo comienza junto al Centro Comercial Alcalá Plaza, conocido por los lugareños como la Cruz, porque de 1943 a 1987 se instaló un monumento para rendir homenaje a 152 caídos durante la guerra civil procedentes de los pueblos de Canillas, Canillejas y Vicálvaro. Tenía una inscripción: ‘La muerte es un acto de servicio’.

Otros datos que se podremos conocer es que la calle Misterios, próxima a la calle Alcalá, era una vía utilizada en el siglo XVIII para rodear Madrid y así no pagar tasas por atravesar la ciudad., una especie de M-30 actual. Además, bajo sus cimientos hay una confluencia de aguas, los arroyos Abroñigal Alto y Bajo, que nutrían a la Villa. Por detrás se encuentra la Parroquia Nuestra Señora de la Concepción, de estilo neomudéjar, cuyo campanario fue utilizado como nido de ametralladora durante la Guerra Civil.

Un detalle que pasa desapercibido a los paseantes es el monolito que hay en la confluencia de la calle Arturo Soria con Alcalá: la primera piedra que se colocó para construir la Compañía Madrileña de Urbanización, las oficinas de la empresa con la que Arturo Soria materializó su proyecto, el 16 de julio de 1894, y que preside la calle que le da nombre. Después de varios usos, la antigua sede de la CMU es hoy el Centro Ocupacional Juan de Austria.

Primera piedra para construir la Compañía Madrileña de Urbanización

También se pueden contemplar otras casas señoriales como Villa Sotera, Villa Rosario, Villa Alma, Villa Rubín o el Monumento a Arturo Soria, escultura en bronce colocada por el Ayuntamiento de Madrid en 1992 sobre el viaducto de la Avenida de América, lugar donde finaliza la visita.

Después de casi dos horas de recorrido, el público ya está más familiarizado con la vida y los barrios de los ‘linealistas’, gentilicio acuñado para los vecinos de este distrito diverso, heterogéneo e integrador con barrios como Pueblo Nuevo, que aglutinaba a la población del campo que venía a trabajar en la industria, las calles de Quintana que recuerdan a caídos en la Guerra Civil o el desarrollo de las Colmenas en La Concepción, concebidos para albergar a más de 3.000 personas por edificio. Sin olvidar el homenaje que se rinde a Arturo Soria en el año que se conmemora el centenario de su fallecimiento divulgando su legado: una ciudad urbanizada antes de ser construida, modelo urbanístico que implantó en Ciudad Lineal y que, hoy en día, sigue estudiándose en las facultades de todo el mundo.

Villa Sotera