Jugar, experimentar, aprender y compartir. Estas son algunas de las premisas para que bebés y peques de 0 a 4 años, junto a sus padres y madres, disfruten en la Casa Grande de Ciudad Lineal. Situada en la calle Germán Pérez Carrasco, 65, abrió sus puertas hace apenas dos meses para ofrecer tanto a familias del barrio como de otros distritos de Madrid, un espacio comunitario para interaccionar y vincularse al compartir experiencias de juego, además de tratar inquietudes cotidianas relacionadas con la crianza y el cuidado de los menores.

Visitamos Casa Grande y nos dan la bienvenida Marta y Violeta, psicólogas de este centro, y Alberto, educador social, profesionales cuya misión es acoger y guiar a las familias durante su estancia en este espacio que sin lugar a dudas hace las delicias de los más pequeños. Y es que nada más entrar encontramos la zona de juego libre con varias partes diferenciadas: la casita, la zona de psicomotricidad, el juego simbólico y la zona del bebé, todo un mundo por descubrir.

Además, a Casa Grande no le falta detalle. Dispone de una sala para dejar los carritos y las pertenencias, área para pintar, taller de cuentos, zona de experimentación de bebés y un rincón para que los adultos puedan tomar algo relajadamente, mientras comparten experiencias con otras familias y sabiendo que sus hijos están en un entorno accesible y adaptado a sus necesidades.

Porque así es Casa Grande. Un espacio de juego compartido familiar pero también de participación, donde las familias pueden hacer sus propuestas y conocer otras personas del barrio que estén pasando por una situación similar. Es importante destacar que no es una ludoteca ni una escuela infantil, y los menores deben estar acompañados en todo momento. Desde su apertura ya han pasado por sus instalaciones unas 120 familias.

 

Gracias a los tres profesionales de Casa Grande se trabajan aspectos como, por ejemplo, el vínculo-separación desde el apego, donde los niños aprenden que pueden jugar solos y seguros mientras sus padres y madres están en otra área tratando temas relacionados con la crianza, como alimentación, rabietas emocionales, sus ritmos…

Para fomentar la participación de padres y madres, hay un panel donde las familias pueden hacer llegar sus propuestas de charlas, talleres e incluso ubicación del mobiliario. Una de las que se han puesto en marcha con gran éxito es el “Jueves de trueque”, donde las familias entregan libros, juguetes o ropa que no usan, y lo cambian por otro objeto que les pueda interesar.

¿Y cómo no?, la mascota de Casa Grande, la Lechuza Rigoberta, marca a los peques las rutinas de este espacio: acogida, asamblea, juego libre, talleres, hora de recoger y despedida. Con tanto mimo y detalle, es normal que a los niños y las niñas les cueste decir adiós.

Testimonios de algunas madres avalan el éxito de Casa Grande. Todas coinciden en la necesidad de un espacio adaptado para que los pequeños jueguen tranquilos y los mayores compartan experiencias y resuelvan dudas con los profesionales.

Casa Grande es una realidad gracias a los presupuestos participativos del pasado año. Si todavía no lo conoces, puedes acercarte de martes a domingo, de 16 a 20 horas, y los martes y jueves también por las mañanas, de 11 a 13 horas. El aforo es de 60 personas entre niños y adultos y el acceso es directo, de entrada libre, sin cita previa.