Desde hace unos pocos meses forman parte del mobiliario urbano de la ciudad de Madrid para hacer la vida más fácil tanto a transeúntes como a profesionales que desempeñan su labor en las calles, como operarios de limpieza, conductores de autobuses o agentes de movilidad. Son los nuevos baños públicos del Ayuntamiento de Madrid: amplios, accesibles y muy higiénicos gracias a su innovador sistema automático de limpieza.
En Ciudad Lineal los puedes encontrar en lugares estratégicos con índices muy elevados de tránsito de peatones, como áreas recreativas y estaciones de transporte público. Así hay uno en la Plaza de los Misterios, cabecera de muchas líneas de autobuses que recorren el distrito, la calle Juan Pérez Zúñiga 2, junto al parque y la Instalación Deportiva Básica Baterías, en la calle Virgen de la Roca, 20, muy cerca de la transitada Avenida Donostiara, o en el Auditorio El Calero, abierto sólo en horario diurno para las personas usuarias de este parque. Próximamente se instalará otro aseo en la Plaza de Quintana, junto a la calle Alcalá.
Asimismo, se pueden encontrar otros dos baños en la calle Institución Libre Enseñanza, 111 y en la Plaza Alsacia, junto al intercambiador, que están situados en la zona limítrofe entre los distritos de San Blas Canillejas y Ciudad Lineal. En todos los distritos, el Área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid ha estudiado el espacio que las cabinas de aseo iban a ocupar en la vía pública con un doble objetivo: que resulten fácilmente accesibles y que se integren en el paisaje urbano.
¿Cómo son estos aseos?
Se trata de cabinas de última generación, universales, accesibles, adecuados para todos los usuarios y además resistentes al vandalismo. Están operativos las 24 horas de los 365 días del año, ya que su uso es totalmente automático. Con un coste simbólico de 10 céntimos, la ciudadanía podrá acceder al aseo público con la apertura automática de la puerta y por un espacio de tiempo máximo de 15 minutos.
Una vez dentro se sorprenderán por su gran amplitud, y además de no faltar ni un solo detalle, destacan por su higiene. Los aseos públicos están equipados con inodoro y lavado autolimpiables, secamanos ultrarrápido que se activa con sensores de proximidad, dispensador de jabón y de papel higiénico, un espejo antivandálico de acero inoxidable, papelera inodora -una de ellas para higiene femenina- y ventilación forzada mediante un extractor silencioso. No podía faltar un cambiador de bebés y percheros para colgar cómodamente todo lo que llevamos encima para hacer uso del aseo. Otro detalle a tener en cuenta es la iluminación natural gracias a un hueco acristalado y que elimina cualquier sensación de claustrofobia.
Estos baños inteligentes se limpian internamente después de cada uso, mediante un sistema de autolavado y secado de suelo que se activa automáticamente después de cada utilización. Siempre están impecables.
Los aseos públicos son unisex y accesibles para todas las personas, también en silla de ruedas y con carrito infantil. Junto a la puerta de la cabina encontramos un panel informativo con instrucciones de uso en dos idiomas, con sistema de audio y braille para personas ciegas. Una vez dentro hay un pulsador para escuchar información sobre el aseo y sus accesorios en español y en inglés.
El tiempo máximo de estancia es de 15 minutos. Hay un reloj digital que, a modo de cronómetro cuenta atrás, va indicando los minutos restantes. Pasado ese tiempo, la puerta se abre de forma automática. Además del pulsador verde para abrir manualmente, cuenta con sistema de apertura de emergencia. Y, por si hubiera una caída, hay pulsadores SOS accesibles desde el suelo en dos zonas de la cabina.
Su instalación responde a una demanda histórica de la ciudadanía, especialmente muy necesarios para trabajadores que realizan su labor en la calle, pero también para personas mayores, con problemas médicos o con movilidad reducida que se encuentren en la calle y sin establecimientos comerciales cerca.