No son frutos… pero las producen las plantas…
Hoy os acercamos el curioso mundo de las agallas o cecidias
A veces, cuando paseamos por el campo, llama nuestra atención unas raras y llamativas estructuras presentes en distintos tipos de árboles o arbustos: son las agallas o cecidias.
Hay quién puede confundirlas con frutos u otros órganos de las plantas, pero… ¡nada más lejos de la realidad!
Se trata de complejas estructuras inducidas por diversos organismos que presentan una extraordinaria variedad y diversidad, y que os queremos presentar en la entrada de hoy.
Las agallas se definen como estructuras anormales (de tipo tumoral) de una planta, producidas por un agente inductor -generalmente un insecto-, que establece una relación trófica obligada con el vegetal.
A veces se piensa, erróneamente, que la planta se defiende del agente inductor produciendo agallas, pero esto no es cierto. Es el insecto quien modifica el código genético de la planta para que la forme en su propio beneficio, ya que proporcionará alimento y refugio a la larva, además de protección frente a los depredadores.
Se conocen más de 20.000 especies de organismos capaces de inducir la formación de agallas, de las que 15.000 son insectos (existiendo en nuestro país cerca de 140 especies)
Además, las agallas han sido empleadas con muy diversos fines a lo largo de la historia por sus propiedades curtientes, tintoreas, astringentes o incluso alimenticias (como las producidas sobre la Centuaurea aspera).
Pero algunas de ellas también son las causantes de impotantes problemas económicos sobre variedades de especies vegetales de interés agrícola (como el arroz, el trigo, la soja, la alfalfa…) y forestal (especialmente quercíneas, sauces, abetos…).
En Europa se han llegado a contabilizar más de 200 modelos dintintos de agallas presentes sobre los árboles del género Quercus
Tipos de agallas
Las agallas son estructuras especializadas que consisten en una capa externa dura o epidermis, una corteza de esclerénquima, y una o más cámaras de tejido nutritivo que contienen y alimentan a las larvas. Además, pueden contar con estructuras externas anti-parasitodes, como los pelos de las agallas producidas por Diplolepis rosae.
Su proceso de formación o cecidogénesis consiste, en el caso de los insectos, en la puesta de huevos de la hembra en la planta hospedadora. Dependiendo del órgano que elija ésta para la puesta, la agalla se puede localizar en distintas zonas de la planta hospedadora (hojas, yemas, raíces, etc.). Una vez la larva eclosiona del huevo, comienza a segregar sustancias que provocan la hipertrofia (aumento del tamaño de las células) y la hiperplasia (proliferación anormal de las células) de los tejidos vegetales, dando lugar a la agalla.
En general, presentan una gran diversidad de formas (esféricas, ovales, cilíndricas, fusiformes, lenticulares…), tamaños (de pocos milímetros a más de 4 cm de diámetro), consistencias (jugosas o leñosas), cubiertas (lisa, rugosa, estriada, irregular, pegajosa, espinosa…).
Por el tipo de agalla, conocerás a su hospedador
Aunque la imagen más común que nos viene a la cabeza cuando hablamos de agallas son las bolas que vemos en robles y alcornoques, producidas por las comúnmente conocidas como avispillas de las agallas, no todas las cecidias son producidas por insectos.
Multitud de organismos son capaces de producir agallas como es el caso de hongos (Gymnosparangium del majuelo), bacterias (Agrobacterium) que las inducen en las raíces , ácaros, rotíferos, nemátodos y gran variedad de insectos (trips, pulgones, moscas, mosquitos, escarabajos y avispillas).
Atendiendo al tipo de organismo inductor, podemos clasificar las agallas en dos tipos principales:
- Fitocecidias: producidas por organismos no animales como hongos, virus o bacterias.
- Zoocecidias: producidas por animales, principalmente artrópodos.
Dentro de los insectos productores de agalla (también llamados gallícolas o cecinógenos), destacan los cinípidos por la diversidad y vistosidad de las agallas producidas; que afectan a especies de las familias de las fagáceas y las rosáceas. Se trata de pequeños himenópteros (de entre 3,5-4,5mm), que forman agallas de 2,5 cm y que se caracterizan por no poseer aguijón sino un ovopositor con el que realizan la puesta que inducen la formación de las agallas.
Presentan una gran especificidad debido a la coevolución entre el agente inductor y la planta hospedadora, de manera que cada tipo de cinípido se siente atraído por una especie vegetal específica y por una parte en concreto de la planta (hoja, flor, tallo, fruto, raíz, estolón…); pero, además, también se ha producido una coevolución con determinados depredadores que se han especializado en la ingesta de agallas (los cecidófagos), entre los que encontramos coleópteros, lepidópteros, micromamíferos o aves.
Webinar: El mundo de las agallas
Si queréis conocer en profundidad la biología de los insectos formadores de agallas, así como la diversidad y el proceso de formación de estas cecidias, ¡¡no os podéis perder nuestro próximo seminario!!
Impartido por Diego Gil Tapetado -Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid- , en el Seminario digital en directo se dará a conocer la gran diversidad de agallas y su proceso de formación, así como la biología de los organismos que inducen estas curiosas estructuras vegetales.
Antes de finalizar el directo, se reservaran unos minutos para formular preguntas y resolver dudas con los ponentes. Pero si deseáis formular vuestras consultas con antelación podéis enviarnos vuestras preguntas a infocasacampo@madrid.es y Diego las contestarán durante el seminario.
¿Cuándo y dónde?
Tendrá lugar el próximo viernes 26 de noviembre a las 12:00 h. a través de este enlace en nuestro Canal YouTube, donde podrás hacer consultas sobre el tema en directo.
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