Si algo ha quedado patente a lo largo de la crisis sanitaria que azota el planeta desde la pasada primavera, es que la forma de moverse por las ciudades PUEDE y DEBE cambiar.

 

Se deben tomar medidas para que el temor a nuevos contagios no derive en un aumento del uso de los medios de transporte individuales y contaminantes, como coches y motos, apostando por otros más sostenibles, pero también seguros.

En este sentido, la bicicleta y los patinetes pueden convertirse en una herramienta útil, siempre que se consigan desplazamientos a gran número de sitios de manera cómoda y segura.

 

En la siguiente presentación, aportamos algunas reflexiones sobre la conveniencia del uso de transportes ecológicamente sostenibles en las ciudades:

 

 

Ahora bien…

¿hasta qué punto es fácil y seguro circular en bici por las grandes ciudades?

 

Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en otoño de 2019 recoge datos sobre la forma en la que los ciudadanos se desplazan por las grandes urbes, quedando patente la baja incidencia de los desplazamientos en bicicleta.

 

La encuesta muestra que los españoles seguimos pensando en la bicicleta como un medio para practicar deporte u ocio, pero no como una forma de transporte urbano; ya sea por el miedo al tráfico rodado (haciéndose necesaria la creación de nuevas campañas de educación vial y concienciación), por la escasez de aparcabicis (tanto en la vía pública como en espacios privados), por el reducido tamaño del sistema público de alquiler de bicicletas, por la contaminación atmosférica de las ciudades, por la incompatibilidad de uso con el sistema de transporte público

Otro factor determinante a la hora de elegir la bicicleta como medio de transporte es la orografía de la ciudad (sin pendientes pronunciadas, sin necesidad de desplazarse trayectos largos…). Por último, la red de vías ciclistas adaptadas debe ser lo suficientemente amplia para conectar la periferia con el centro urbano, pero también los diferentes distritos entre sí.

 

Ante esta situación, algunas ciudades ya han reaccionado:

París pondrá en marcha más de 1000 km de nuevas vías ciclistas, Milán lo hará con 35 km y Londres cuenta con un ambicioso plan peatonal y ciclista. En España, Barcelona está poniendo en marcha 21 kilómetros de carriles bici, Logroño cuenta con el plan ‘Logroño Calles Abiertas’ y Valladolid con un plan de transición a una nueva movilidad.

Aunque aún queda mucho por hacer, no queremos dejar pasar la oportunidad de usar la SEMANA EUROPEA DE LA MOVILIDAD como excusa para promover el uso de transportes menos contaminantes en la ciudad de Madrid y recordar las normas básicas de circulación en bicicleta por la capital (y más específicamente en el parque de la Casa de Campo).

 

Algunos enlaces de interés:

 

No lo pienses más… ¡Muévete en bici!