La Península Ibérica cuenta con más de 5.000 especies diferentes de insectos polinizadores (numerosas mariposas diurnas, escarabajos y moscas florícolas, así como abejas solitarias y sociales), convirtiéndonos en uno de los puntos calientes de Biodiversidad mundial.

 

Pero es un hecho que la pérdida de la biodiversidad afecta gravemente a toda la sociedad y debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para ayudar a los polinizadores, nuestros aliados.

 

Si estáis pensando en cultivar flores en vuestra terraza, jardín, huerto… o si vivís en el campo, es interesante que optéis por las BANDAS FLORALES.  Comprobaréis que además de resultar decorativas, proporcionan una fuente de alimentación  para los polinizadores; son un refugio para la fauna; además pueden incrementar el rendimiento de ciertos cultivos. Suponen un buen sistema para potenciar la eficacia de los planes de control biológico de plagas, pero también para reducir y prevenir la erosión del suelo, así como para reducir el impacto de los fertilizantes y productos fitosanitarios.

 

Para optimizar los beneficios de las bandas florales, es importante seleccionar adecuadamente las flores con las que se van a crear. Se debe optar por especies arvenses y autóctonas que ofrezcan alimento a los insectos polinizadores y auxiliares, con una floración lo más prolongada posible para que cubran varios meses, y que sean fáciles de sembrar, además de presentar una coloración variada. Deben ser especies vegetales que no compitan con los cultivos y plantas; y que no atraigan plagas a cultivos próximos.

Cuanto más variadas sean las mezclas de semillas, más diversas serán las comunidades de polinizadores de las bandas, por lo que se recomienda hacer una selección de flores adecuada para atraer los polinizadores que sean de interés para cada zona. Se deben sembrar preferentemente en otoño, lo que nos permitirá disponer de más tiempo para eliminar malas hierbas.

Algunos nombres que pueden servirnos para conformar nuestra banda floral: las flores poliníferas pertenecientes a la familia de las asteráceas (compuestas) y de las apiáceas (umbelíferas) tienen fama de reforzar las poblaciones locales de sírfidos y de otros dípteros depredadores de pulgones, cochinillas… en las regiones y épocas en las que las condiciones son poco favorables a la supervivencia de estas especies.

Para muchos insectos son muy apetecibles:

  • Las asteráceas: Algunas con floración abundante y prolongada, como: agerato, coreopsis, tajete, margarita común, crisantemo, vara de oro, dalia, milenrama, zinia, aster, cosmos, caléndula, gallardía, centáurea, rudbeckia… / Otras incluidas en el grupo de las aromáticas como: ajenjo, manzanilla, santolina… / Adventicias como: artemisa, anthemis, cerraja, manzanilla inodora, diente de león, tanaceto… /Plantas hortícolas como: tupinambo, cardo o achicoria.
  • Las apiáceas como: anís, eneldo, cilantro, alcaravea, hinojo, perejil, apio, perifollo silvestre, zanahoria silvestre, pie de oso, chirivía…
  • Las lamiáceas como: menta de gato, melisa, menta, tomillo y lavanda.
  • Las brasicáceas: aliso de mar y mostaza.
  • Las poligonáceas como: trigo sarraceno.
  • Las boragináceas como: facelia.

 

En el siguiente enlace os ofrecemos las pautas básicas para seleccionar las especies vegetales más apropiadas para la creación de tus bandas florales.

 

En el siguiente vídeo (facilitado por Brinzal, dentro del proyecto Misión: polinizadores de la Fundación Biodiversidad), os explicaremos cuáles son las especies de insectos polinizadores más comunes y cómo ayudar a su conservación.

 

 

No olvidéis que construcciones como los refugios de mariquitas o los hoteles de insectos más generalistas favorecen la presencia de especies polinizadoras.

 

Por último, os invitamos a ampliar la información accediendo a los siguientes enlaces:

Porque… #YoMeQuedoEnCasa.

¡Ayudemos a los polinizadores!