Pulgas, piojos y garrapatas… ¡Quién no haya sufrido a ninguno, que tire la primera piedra!

 

Pulgas, piojos y garrapatas pueden llegar a ser una pesadilla, sobretodo cuando comienzan los meses más calurosos del año (entre primavera y verano), que es cuando «aparecen» por todas partes. Y… aunque no vuelan… sí que pican!!!

 

Pertenecen a la categoría de artrópodos ectoparásitos (viven en el exterior del cuerpo de su hospedador beneficiándose de él) hematófagos (se alimentan de sangre) y son frecuentemente vectores de enfermedades infecciosas.

 

Las 3 especies que os presentamos hoy tienen algo en común:  su ubicuidad, la coevolución con el ser humano y la cantidad de recursos económicos que se emplean a nivel mundial para controlar su propagación.


Piojos: la lacra del estudiante

 

Los antecesores de los piojos actuales comenzaron a expandirse antes de la desaparición masiva de los dinosaurios, hace unos 65 millones de años; especializándose hasta tal punto que se puede decir que hay un tipo de piojo para cada mamífero. Se estima que existen más de 3.000 especies de piojos, pero sólo 3 afectan al ser humano: piojo del cuerpo (Pediculus humanus corporis), de la cabeza (Pediculus humanus capitis) y del pubis o ladilla (Pthirus pubis).

En una caverna del Neolítico,  en Israel, datada entre el 8.000 y el 7.000 a.C., se descubrió una fosa funeraria dónde podían observarse liendres pegadas al cuero cabelludo de los cadáveres

En concreto, el piojo de la cabeza vive sobre el pelo de la cabeza, prefiriendo cabellos limpios y concentrándose en las zonas más cercanas a la nuca y las orejas, al poseer estas áreas una temperatura más elevada. Habitualmente, las infestaciones ocurren entre los 3 y los 10 años de edad; ya que las personas adultas presentan una mayor producción de sebo capilar (sustancia que los piojos detestan). Los piojos ni vuelan, ni saltan, pero sí son capaces de moverse muy rápido de cabeza a cabeza  (pueden alcanzar los 30 cm por minuto) o a través de fómites compartidos (peines, sombreros, gorros, bufandas, pañuelos o auriculares). En cualquier caso, la infección se caracteriza por una reacción de hipersensibilidad dérmica cuyas principales manifestaciones son inflamación y prurito (conocidas con el nombre de pediculosis), causada por la inyección de la saliva del insecto en el momento de efectuar la picadura.

La pediculosis es, junto al resfriado común, una de las enfermedades más contagiosas, según la Asociación Española de Pediatría (AEP), estimándose que entre el 5 y el 14% de la población escolar española sufrirá la visita de los piojos a lo largo del curso

El alto grado de prevalencia de los piojos es responsable de que los productos destinados a eliminarlos estén en continua evolución. Ya en Egipto, en 1536 a.C. , surgen los primeros tratamientos sugeridos para la pediculitis capilar, que recomendaban “masticar carne caliente y agua y escupirla sobre la piel para ahuyentar moscas y piojos”. En el año 64 d.C., médicos griegos de la armada de Nerón recomiendan el uso de aceites esenciales como el de cedro libanés y el de myrica. Y los tratamientos se han contado por miles a lo largo de la historia: usar grasa de perro para destruir liendres, ingerir serpientes hervidas, o su piel, aplicarse artemisa, usar piretroides obtenidos de flores que afectaban al sistema nervioso del piojo, usar alcaloides…

 

Para evitarlos, lo más importante es la prevención. La clave está en cogerlos a tiempo, así cuanto antes se ataquen más eficaz será su erradicación.

¡CUIDADO!

¡Que el miedo a infectarte no te haga hacer un mal uso de los tratamientos pediculicidas! ¡Podrías estar favoreciendo la resistencia del parásito!

Recientes investigaciones, como la desarrollada por el equipo de Barry Pittendrigh (Universidad de Illinois), centran sus esfuerzos en conseguir la secuenciación genómica del piojo, para diseñar pesticidas y repelentes específicos.


Pulgas: saltadoras de circo

 

Tener pulgas en casa no es una situación agradable… y más cuando no se dispone de mascotas. Pero la capacidad de resistencia de los huevos y la facilidad con la que podemos transportarlos desde el exterior a nuestros hogares a través del calzado las acercan a nosotros más de lo que deseamos.

 

Se conocen unas 1900 especies, pero las más habituales en nuestros hogares son las que infestan a perros (Ctenocephalides canis) y a gatos (Ctenocephalides felis) y que, aunque muestran una preferencia por esconderse entre los pelos de los animales, no tienen ningún problema en alimentarse de la sangre de los humanos o cualquier mamífero que esté a su alcance. Sin embargo no los consideran un hospedador adecuado y se dejar caer de nuevo, llegando a morir sin reproducirse.

Menos frecuentes son las pulgas comunes (Pulex irritans), con las que hay que extremar las precauciones ya que el ser humano es un hospedador adecuado, pudiendo completar su ciclo vital y dando lugar a importantes infestaciones

Solo el 5% de estas pulgas adultas se encuentra sobre el hospedador, siendo imprescindible limpiar y tratar el ambiente doméstico para evitar la maduración de los huevos o las pupas, que habitualmente se encuentran en alfombras, sofas o bajo los muebles. Se estima que la aspiradora puede eliminar hasta el 50% de los huevos de pulgas.

Aunque no pueden volar,  las potentes patas de los adultos les permiten dar saltos de hasta 18 cm en vertical y 33 cm en  horizontal, lo que representa una distancia de hasta 200 veces su propia longitud.

En la mayor parte de los casos las pulgas son sólo una molestia para sus huéspedes, pero algunos hospedadores pueden sufrir reacciones alérgica a la saliva de la pulga, produciéndose erupciones con zonas inflamadas y ligeramente elevadas que producen picazón y que tienen un solo punto de picadura en el centro. Además, las pulgas pueden ser portadoras  y transmisoras de bacterias que causan graves enfermedades en los humanos, como el tifus y la peste bubónica.

La peste negra terminó con la vida de entre 75 y 200 millones de personas entre 1347-1351, siendo considerada la epidemia más devastadora de la historia de la humanidad


Garrapatas: si te agarran, no sueltan

 

Más de 20 especies de garrapatas de entre las 900 identificadas en el mundo, residen en España; pero su número se ha disparado en los últimos años a consecuencia del incremento de las temperaturas propiciado por el cambio climático, que alarga el periodo de actividad de estos parásitos.

 

Aunque el ser humano suele ser un hospedador accidental, la práctica de actividades al aire libre en entornos donde abunda la fauna silvestre ha aumentado el número de consultas a especilistas de la salud a consecuencia de la infección por garrapatas.

Las garrapatas viven en el suelo y se suben a hierbas y arbustos desde las que esperan el paso de algún animal o persona al que se encaraman para buscar un área de piel en la que alimentarse, pudiendo permanecer adheridas varias semanas

Una garrapata fijada al cuerpo generalmente no causa dolor y lo más frecuente es que la picadura provoque únicamente una pequeña lesión en la piel. Pero en ocasiones, estos artrópodos pueden ser transmisores de graves enfermedades para el ser humano, como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la enfermedad de Lyme, la encefalitis vírica, la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas o la erliquiosis.

 

La mayoría de las enfermedades transmitidas por garrapatas requieren que el animal se adhiera e ingiera sangre durante varias horas, por lo que es importantes quitarlas antes de que la persona se infecte.

 

Es por ello que se hace necesario observar ciertas precauciones en nuestras salidas silvestres:


Webinar: Pulgas, piojos y garrapatas

 

Si queréis conocer en profundidad la biología, comportamiento, métodos de control y problemática asociada a estas tres especies parásitas, ¡¡no os podéis perder nuestro próximo seminario!!

 

Impartido por D. Francisco Jose Cabrero Sañudo, Da. Sandra Grzechnick y D. Diego Gil Tapetado -en colaboración con el Grupo de Seguimiento de Biodiversidad de la Universidad Complutense de Madrid-, en el Seminario digital en directo se darán a conocer las 3 especies de artrópodos que más nos ponen los pelos de punta… ¡Piojos, pulgas y garrapatas!

Antes de finalizar el directo, se reservarán unos minutos para formular preguntas y resolver dudas con el ponente. Pero si deseáis formular vuestras consultas con antelación podéis enviarnos vuestras preguntas a infocasacampo@madrid.es y Francisco, Sandra o Diego las contestarán durante el seminario.

 

¿Cuándo y dónde?

Tendrá lugar viernes 18 de febrero a las 12:00 h a través de este enlace en nuestro Canal YouTube, donde podréis hacer consultas sobre el tema en directo.


Todo esto… y mucho más

 

Para ampliar la información sobre fauna y biodiversidad, te invitamos a consultar los siguientes enlaces:

WEBINAR: Entomofagia

WEBINAR: Mosquito tigre y mosca negra

¡¡Os esperamos!!