Este mes de enero Valentina Morozova y Anastasia Zabiyaka nos invitan a reflexionar con su exposición ‘Retratos de fortaleza. Revelaciones de mujeres durante una guerra’ en el Centro Cultural Galileo. Morozova es presidenta de Ukrainian lives y la productora de la exposición; Zabiyaka, por su parte, es la vicepresidenta y la fotógrafa de la muestra.
Ukrainian Lives cuenta con el reconocimiento de la Embajada de Ucrania. Promueve procesos participativos con el fin de fortalecer el acceso y el ejercicio de los derechos humanos básicos a la población ucraniana que se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad tras la invasión rusa. Y es a raíz de su trabajo en esta organización cuando les surgió, hace ya más de un año, la idea de esta exposición tras recibir varias invitaciones para hacer discursos sobre los derechos de las mujeres ucranianas durante la guerra para el día 25N. «Detrás de la palabra guerra hay vidas con historias de lágrimas y dolor, pero a la vez son historias de coraje, resistencia y fortaleza; todo un ejemplo de cómo resistir y seguir a pesar de todo» nos comenta Morozoba.
Veintidós rostros, veintidós historias
Esta exposición cuenta, a través de pequeños textos y fotografías cargadas de significado, la historia de 22 grandes mujeres que desafían todos los estereotipos y demuestran, una vez más, lo caduco de la histórica expresión sexo débil. «Durante un año estuvimos capturando mujeres de distintas profesiones y distintas edades, tanto en la Comunidad de Madrid como en Ucrania, documentando las historias de valentía y resiliencia de las ucranianas ante las dificultades de la guerra» nos explica Morozova sobre el proceso para llevar a cabo este proyecto. Para ello, han retratado el día a día y las vicisitudes de la población femenina ucraniana con el objetivo de mostrarnos los diferentes aspectos y consecuencias de la guerra, lo que representa ser mujer durante un conflicto armado y la importancia de la igualdad de género en un entorno tan hostil como es un conflicto bélico.
«Al final elegimos a 22 heroínas, completamente distintas, para ilustrar y demostrar que la guerra afecta absolutamente a todas: ya seas rica o pobre, famosa o desconocida, niña o mayor» nos comenta Valentina. Entre ellas, por ejemplo, se encuentran una refugiada con ocho niños, una cantante famosa o la diseñadora de la primera dama.
Ante una situación tan sensible, la presidenta del Ukrainian Lives nos explica que, como no podía ser de otra manera, ganarse la confianza de estas mujeres fue un proceso delicado y profundamente humano. » Anastasia comenzó escuchando, sin prisas, y mostrando un interés genuino por sus vidas y experiencias. Era importante crear un espacio seguro, donde ellas se sintieran valoradas y respetadas» nos relata. Para ello, les explicaron que no estaban con ellas solo para documentar sino para entender y honrar sus historias y que el objetivo del proyecto buscaba visibilizar su fortaleza y resiliencia, no explotar su vulnerabilidad.
Todas historias son impactantes, pero hay una, que no dejará indiferente a nadie: un homenaje a Ilona Kurovska, una científica y voluntaria, que ayudó a evacuar a más de 4.000 personas y quién murió al comienzo de la invasión a gran escala mientras llevaba ayuda humanitaria a los pueblos ocupados por el ejército ruso. El coche en el que se encontraba explotó. Antes de su muerte, Ilona intentó ayudar al voluntario que estaba en el vehículo con ella, pero, desgraciadamente, él también falleció. En la exposición aparece el retrato de su madre captado por Zabiyaka.
Pocos saben que el ejército ucraniano es el segundo del mundo con mayor presencia de mujeres, alrededor de 70.000. Sin embargo, al comienzo de la guerra a gran escala, el Ministerio de Defensa no les proporcionaba a estas mujeres ropa especializada acorde a su sexo, sino que se les entregaban uniformes masculinos, los cuales no se ajustaban correctamente en la mayoría de los casos. Las ucranianas tenían que comprar uniformes por su cuenta o modificarlos. En esta exposición tenemos la historia de Kateryna Priymak, activista, veterana y médica de combate. Lleva más de dos años confeccionando uniformes militares femeninos para las Fuerzas Armadas de Ucrania, incluidos conjuntos de verano, entretiempo e invierno, que distribuyen gratuitamente entre las militares. «Además, lleva nueve años luchando por la igualdad de género en el ejército ucraniano y, junto con sus compañeras, defiende firmemente los derechos, las condiciones y los recursos materiales para las mujeres en las fuerzas armadas» nos cuenta Morozava.
Con todo ello, esta exposición tiene el poder de abrir un diálogo profundo sobre las consecuencias humanas de la guerra, destacando cómo las mujeres enfrentan desafíos únicos en este contexto. «Al visibilizar sus historias, no solo mostramos su resiliencia, sino también cómo la guerra afecta sus derechos, roles y oportunidades» explica Valentina. Así, esta exposición nos muestra la carga desproporcionada que muchas mujeres soportan durante los conflictos; desde el cuidado de la familia hasta el deber de liderar sus comunidades en tiempos de crisis, resaltando su capacidad para transformar el dolor en fortaleza y acción, a la par que desafían los estereotipos de género pasando del papel de víctimas al de agentes de cambio.
Esta muestra, que promueve la empatía y la solidaridad, nos recuerda que detrás de cada cifra o titular hay vidas humanas con sus sueños, sus pérdidas, pero, sobre todo, con una increíble capacidad de resistencia.
La exposición se puede visitar gratuitamente de lunes a domingo, hasta el día 30 de enero, en el Centro Cultural Galileo.