Venían a participar en su primera carrera competitiva. La cara de los escolares lo reflejaba todo. Ilusión, novedad, alegría por salir de clase y prisa por empezar a correr con esa impaciencia típica de la edad temprana.

En total, eran 634 escolares los participantes inscritos en el XI Crossito Prebenjamín organizado, como cada año, por la Junta Municipal de Chamberí. Niños y niñas de edades comprendidas entre los 6 y 7 años que, al igual que en las demás ediciones, corrieron por el parque de Santander.

 

 

Procedentes de siete de los colegios del distrito, los pequeños atletas cursan 1.º y 2.º de Primaria en los centros: Claudio Moyano, Rufino Blanco, El Porvenir, San Cristóbal, San Diego y San Vicente, Divina Pastora y Maristas Chamberí. Gracias a su colaboración, la prueba se desarrolló sin incidentes de importancia. El control era relativamente fácil ya que cada uno de los colegios se distinguía porque sus integrantes portaban chalecos de un determinado color o el chándal correspondiente.

Baile antes de hacer los 400 metros

Antes de la competición tocaba el calentamiento con música. Y nada mejor que hacerlo bailando con la animación del equipo de monitores que estuvo organizando el crossito.

Después, la carrera.  Colocación en el punto de salida y explosión de la fuerza contenida para conseguir llegar en los primeros puestos, o al menos completar el recorrido porque lo importante era participar. No faltaba el griterío constante del resto de compañeros de clase así como de padres y madres que no quisieron perderse la participación de sus hijos.

Las carreras eran mixtas, en categoría prebenjamín. Se corrieron dos tandas con grupos de 1.º y 2.º de Primaria, nacidos en 2011 y 2012 respectivamente. Para ambos, la distancia de competición era de 400 metros.

 

 

Al final de la prueba llegó la hora más emocionante: la entrega de premios a los ganadores, consistentes en una copa para el primero, segundo y tercer clasificado, y medallas del 4.º al 10.º de los mejores tiempos. Tanto trofeos como medallas, por separado, para modalidades femenina y masculina.

Todos los participantes recibieron una botella de agua y, por cortesía de una cadena de tiendas que colabora con la junta en eventos deportivos, una bolsa con caramelos y un par de raciones de frutos secos. También aportaron una mascota de acompañamiento.

Ya con el calor del mediodía, llegó la retirada. Contentos de haber participado y pensando en la carrera del año que viene.