‘Rojas, territorios rotos’. María Jesús Aragoneses

 

Subiendo la escalera del centro Galileo, lo primero que encontramos en la antesala de la muestra es un collage. La autora Almudena Tapia lo ha llamado ‘Flores de Valdenoceda’ y forma parte de su trabajo ‘Tierras negras’ sobre las fosas comunes de las Guerra Civil Española, un proyecto de lugares donde el tiempo se paró a fuerza de querer olvidar.

A continuación, la creación al óleo de Miguel Martínez denominada ‘Las heridas cicatrizan pero el alma se resiente’, se divide en dos: ‘Llora el alma’ y ‘Borrón y cuenta nueva’. Con esta carta de presentación, nos recibe la exposición ’80AÑOS FINDEGUERRA’, así en mayúsculas para que tenga más impacto.

80AÑOS FINDEGUERRA

Es una instalación multidisciplinar en la que un grupo de artistas, utilizando distintas disciplinas, ha creado un espacio artístico para la reflexión, para el recuerdo y la comprensión de unos hechos que aún hoy siguen siendo una sombra que quiere dividir a la sociedad.

“A la vez, se quiere mostrar, ver y reconocer el dolor sufrido como la mejor medicina social de cara a una sanación colectiva que tanto se necesita. Rendir homenaje a la dignidad humana atropellada, a la grandeza que quedó sepultada o salió por las fronteras”, así lo escriben los organizadores en su folleto de presentación.

‘Plaza de toros de Badajoz, 14 de agosto 1936’ es el título de la pintura que ilustra el díptico. Relata la artista, Cayetana Galbete, que cuando conoció los hechos allí ocurridos, ‘le provocaron una inmensa lluvia de sangre. La pena, el dolor y el espanto la atravesaron’.

La muestra, organizada por colectivos estudiosos de la Memoria Histórica bajo la mirada de las comisarias M.J. Aragoneses y C. Galbete, se podrá visitar hasta el 28 de abril en la sala de la 1.ª planta del Centro Cultural Galileo.

El llanto de las mujeres es infinito

El dolor, la desesperación, la ira, el llanto, la impotencia. Todos esos sentimientos los han tratado de expresar los artistas en su afán por buscar la comprensión de unos hechos que marcaron nuestra historia.

Como si fuera un altar, hay una composición en el centro de la pared con un especial protagonismo femenino. Estamos ante el montaje de María Jesús Aragoneses ‘Rojas, territorios rotos’.

La propia autora nos introduce en el mundo que ha querido transportar: “Mis padres solo me contaron que fue una guerra de hermanos contra hermanos y aquí se cumple en grado sumo el paradigma del sinsentido de una guerra. He querido en este pliego de papel rudo y resistente rendir homenaje a las Rojas, esas mujeres valientes que huyeron o se quedaron y lloraron, y se avergonzaron y se escondieron. El llanto de las mujeres en la guerra es infinito”, recuerda Aragoneses.

Al fondo de la sala, se ha instalado un espacio de reflexión en el que se puede ver un vídeo con testimonios de personas a las que les tocó vivir la guerra en su infancia. Hablan con serenidad, con templanza, de sus recuerdos como si los estuvieran viviendo en ese momento y, aparentemente, sin rencor. Merece la pena escuchar.

Debates sobre la memoria y las palabras

Paralelamente a la exposición se han programado dos mesas redondas de acompañamiento en las que debatir e incidir en los aspectos aún vivos de aquella contienda. Previa a la inauguración este lunes, bajo el título ‘Sobre la Memoria Histórica’, la mesa contó con cuatro ponentes que  se encargaron de revisar la memoria histórica desde diversos aspectos, como deber democrático, con perspectiva de género, como deber de Estado y la existencia de la Comisión de la Verdad.

El próximo 26 de abril, en la misma sala de la exposición, está prevista una segunda mesa redonda que tratará de ‘Desenterrar las Palabras’. En esta ocasión, asistirán cinco especialistas en la materia del alma, moderados por Emilio Silva. Puedes consultar el programa aquí.