Tras la Semana Santa y con el inicio del mes de mayo, en las calles del barrio de Embajadores se ha conmemorado la fiesta de La Maya-Los Mayos. Esta tradición de origen antiguo, interrumpida durante los años de la pandemia, celebra el verano en el primer domingo del mes de mayo.

En Madrid, hay datos de la celebración de esta tradición desde la Edad Media. La Maya es la figura principal de estas conmemoraciones, una figura que se encuentra entre la niñez y la adolescencia. De ahí que, en la conmemoración, las niñas pequeñas se sitúan en un altar, rodeadas de flores y de diversos adornos como mantones de manila bordados, que, en esta ocasión, se ha situado en la puerta de la iglesia de San Lorenzo. Luego recorrieron las calles aledañas de la Fe, Salitre y Doctor Piga, donde cantaron, danzaron y se sentaron en altares improvisados. Durante el recorrido por la zona de Lavapiés no faltó la presencia  de Los Mayos, los muchachos que rondan a las mayas.

El inicio de la amenización musical comenzó en la plaza de Lavapiés con las formaciones Arrabel, la escuela La Dulzaina de Aluche, Colmenar Canta y la Orquesta DaLaNota.

Además, la alegría de esta fiesta salpicó las calles, que se adornaron con boas y cintas de colores, complementadas con los ornamentos florales de los altarcillos de las Mayas. La juventud del distrito de Centro, ricamente ataviada, ha contemplado durante toda la mañana el paso de la vida sentada en sus lujosos y floridos altares. Por otro lado, no han faltado acompañantes para estas celebraciones. Vestidos con trajes castellanos y goyescos, los participantes han mostrado cómo es la tradicional cultura y folklore de nuestra ciudad.

En el tema culinario, sin el dulce característico de Madrid, las rosquillas, no hay celebración. Acompañadas de vino y con reparto de la flor de Madrid por excelencia, los claveles, además de plantas variadas, las calles de la Fe, Salitre y Doctor Piga han sido un nudo de emociones.

Las actividades de Las Mayas terminaron con la ofrenda floral a uno de los patrones populares y castizos de Madrid, San Lorenzo, acompañada por el Coro de Voces Graves de Madrid.