Ana María Pueblas, Sara Martínez y Carmen Alpañés y Esther Díaz son cuatro trabajadoras sociales del Departamento de Servicios Sociales de la Junta Municipal de Centro que diariamente se enfrentan a una realidad muy desconocida por la mayoría de las personas, pero muy necesaria. Ellas prestan atención integral a personas y familias que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o riesgo social. Esto incluye la valoración de sus necesidades, la gestión de servicios y ayudas sociales, el seguimiento de los casos y la promoción de la participación comunitaria.

Para dar a conocer su trabajo y poder explicar los recursos de que dispone la población se les ocurrió hacerlo a modo de cuento. Así nació Los recuerdos de Chole.

Hablamos con Ana y Sara, autoras del cuento y con Esther, que, junto con Carmen, han acompañado los textos con preciosas ilustraciones que lo hacen, si cabe, más atractivo de leer.

Contadme cómo surge la idea de hacer el cuento

La idea surge un poco nuestra de Sara y mía (Ana), que empezamos a pensar cómo explicar los recursos que tenemos, porque estamos dando charlas en los centros de mayores y grupos de mayores, y un poco hicimos como una presentación y se nos ocurrió esta idea.

Normalmente por nuestro trabajo damos charlas en los centros de mayores, en los centros de día para informarles de todos los recursos municipales. Hicimos ese cartel también con una presentación con esos recursos para darlos a conocer.

¿Por qué la idea de un cuento?

Un día dijimos, bueno, pues por qué no hacemos algo diferente además de lo que hacemos en los centros de mayores y los de día que tenemos aquí en el distrito Centro, que no suelen estar muy llenos. Empezamos promocionando lo que hacemos por los centros municipales. Entonces se nos ocurrió por qué no hacíamos un cuento con la información de que disponemos.

Además, la mujer de nuestro compañero David había hecho un cuento que, aunque no tiene nada que ver con nuestra profesión, nos inspiró y fue así como se nos ocurrió escribir sobre los recursos municipales que tenemos también a través de un cuento. Y como sabíamos que teníamos dos compañeras, que pintan muy bien, pues también las implicamos y nos dijeron que sí. Se lo comentamos a nuestro adjunto y le pareció estupenda la idea. Y enseguida se organizó todo para mandarlo a la imprenta municipal.

¿Cómo llegáis hasta Chole? ¿Por qué Chole?

Porque Chole viene de soledad, por la soledad no deseada. De soledad, Sole y Chole de cómo puede llamarla una niña o un niño.

Entonces, en Chole focalizáis la persona mayor…

Claro. Chole en realidad es una mujer, es cualquier mujer que tenemos en los servicios sociales y en cualquiera de los distritos de Madrid. Además, yo creo que de las personas que se atienden en el Ayuntamiento de Madrid, es el perfil de mujer sola que tiene deterioro cognitivo, problemas de memoria, que necesita apoyos y que no sabe tampoco ni qué le pasa, ni qué necesita, ni qué puede pedir.

Entonces la idea era exponer eso, qué cosas puede pedir y de qué servicios se puede beneficiar para retrasar ese deterioro cognitivo y mantenerse en casa con calidad de vida. Sobre todo, los recursos que tenemos en el Ayuntamiento de Madrid van un poco a eso, a que la gente con calidad de vida pueda permanecer en el domicilio; y en realidad también queríamos introducir un poco cómo nos llegan las cosas, porque en realidad en el cuento, la historia llega a través del apoyo de una vecina y esto que nos pasa es algo habitual, que son los vecinos muchas veces quienes nos dan la voz de alarma de lo que está pasando.

¿Y los vecinos saben a quién tienen que llamar, qué recursos hay o lo habéis hecho para que ellos también conozcan, aunque no padezcan ni enfermedad?

Claro, también para que nos conozcan, aunque es cierto que a través de correos que nos llegan podemos tener acceso a situaciones que no nos llegarían de otra manera, a no ser que la situación se desborde y acuda Policía, Samur Social…. Hay gente que contacta con el 010 o con los centros de servicios sociales y nos conoce.

Pero en realidad, el objetivo de nuestra historia era contar de una forma sencilla un poco el trabajo que nosotras hacemos y nuestro día a día. Porque el cuento habla tanto de las mujeres que tenemos en nuestros distritos como la ayuda de los vecinos, los recursos que tenemos y la colaboración con otros recursos, como cuando nos acompañan muchas veces trabajadores sociales del centro de salud o doctores, o enfermeros. Al final todo es un engranaje muy grande para ayudar a las personas mayores o con dificultades.

¿Y qué acogida ha tenido?

Parece que buena, tuvo y está teniendo muy buena acogida. Cuando lo se lo dijimos a la jefatura les pareció muy buena idea y una vez que lo presentaron, pues la verdad que a la gente le gustó mucho.

¿Y veis que la gente se interesa por el cuento? ¿Os hablan de él?

A mí (Ana) me han contactado a través de Teams y de LinkedIn los jefes de departamento de otros distritos. A nosotras nos encantaría que pudiera ser no solamente del distrito Centro, que pudiera llegar a todos los distritos, porque al final esto pasa en toda la ciudad de Madrid.

Es verdad que ponemos nuestras direcciones, pero nos gustaría que fuera algo general y pudiera llegar a más gente.

Nos hemos quedado sorprendidas porque lo que más se repite es que a la gente les ha causado mucha ternura, y profesionales que nos dicen que se lo van a dar a sus hijos para poder contar cuál es nuestra profesión y que con el cuento lo van a poder hacer.

Es verdad que en el trabajo social no se sabe muy bien lo que se hace; y el otro día, la jefa de departamento me dijo que se lo iba a llevar a su hija de 10 años para que conociese lo que hacemos.

La idea también es incluso llevarlo a los colegios, a las charlas que hacemos en otros centros, porque hay mucha gente mayor que no sabe, que van a los centros de mayores, pero no saben de la existencia de muchos de los recursos que tenemos.

Y la historia ¿la habéis escrito vosotras dos o habéis colaborado en el texto todas?

Ellas ya nos dieron la idea hecha, responde Esther la ilustradora. Nos dijeron ‘estamos pensando hacer esto y necesitamos que ilustréis el cuento’. Y dijimos que sí.

Entonces tú te lees la historia y ¿Cómo llegas a las imágenes?

Nos dieron algunas ideas como que con este texto nos gustaría una imagen de Chole haciendo una tarta, por ejemplo. Y pedimos que viviera en una corrala de las del distrito Centro, característico del distrito, añade Ana.

¿Los dibujos originales de qué son, acuarela o pintura?

De las dos cosas, porque como somos dos, Carmen lo ha hecho en acuarela y yo lo he hecho con lápices de colores.

¿Y qué tirada hicisteis del cuento?

1.100 ejemplares, pero también hemos hecho una presentación en vídeo con el cuento narrado.

¿Dónde los estáis distribuyendo?

En la presentación que hicimos, en el Centro de Servicios Sociales Maravillas, se comenzaron a repartir, y posteriormente se enviaron ejemplares a los jefes de departamento de los 21 distritos.

La idea es que las compañeras lo puedan dar cuando viene la gente a sus citas, entregarlos en los centros de mayores cuando vayamos a dar las charlas, en los colegios haciendo una presentación, en las visitas a los centros de día, y a familiares en los centros de salud mental también.

Y vuestro deseo sobre este cuento ¿Cuál es?

Pues que llegue a todos los distritos, que no se quede aquí y hacer más cosas con Chole

¿Os daría para hacer más historias sobre Chole?

Sí, sí, responden las escritoras…

¿Alguna que se os haya pasado por la cabeza?

Uy, a mí se me ha pasado muchas. Porque es verdad que con todos los recursos que tenemos podemos seguir haciendo cosas para que la gente los conozca, siempre a través de Chole y de Marta, la niña.

Claro. Meterlas a las dos, porque al final Chole es algo más de mayores, pero bueno, se puede hacer algo de familias, de todo.

¿Creéis que este tipo de información penetra bien en la sociedad, en las personas que os visitan, más que un folleto informativo?

Ana. – Claro. Yo creo que es más fácil de entender, porque un folleto pues ves los recursos y dices, vale, pero ¿cómo llegas hasta eso? Porque hay gente que no llega.

Esther. – Aparte que yo creo que llama la atención. Un cartel, si estás acostumbrado a verlo muchas veces ni lo lees, pero esto es algo novedoso y hace que te fijes en ello.

Sara. – Y, sobre todo, yo creo que además se cuentan de forma muy sencilla los recursos que tenemos. Es una información que se la puedes dar tanto a un niño pequeño como una persona mayor y pueden entender también los beneficios que pueden tener.

Ana. – Y está bien, porque en realidad yo creo que la población en general no sabe lo que hacemos, somos los grandes desconocidos. Es el sitio al que llega todo, pero no se sabe qué hacer con ellos; se manda a los servicios sociales, pero nadie sabe qué hacemos. Entonces está bien que llegue a todo tipo de población.

Por eso sí que es verdad que a mí sí que me gustaría que llegase, o sea, que la difusión fuese amplia que no solo llegue a los sitios que hemos dicho, sino a la población general, a los vecinos y a todo Madrid porque al final los recursos son los mismos.

En esta historia hay mucha gente que se puede sentir identificada. Desde un niño que puede entender que su abuelo está empezando a tener problemas de memoria o por ejemplo, un vecino que puede identificar que su vecina puede tener algún tipo de problema; es decir, que aquí, en esta historia, hay mucha gente que se puede sentir identificada./