La pasada semana ha concluido la remodelación de la calle Arenal. La vía, una de las que conforman el entorno peatonal de la Puerta del Sol, vuelve a lucir con un nuevo pavimento y alumbrado, además de la renovación del mobiliario.

La remodelación ha comenzado en el número 8, a las puertas de la casa del Ratoncito Pérez, un ilustre y antiguo vecino del distrito Centro, y ha concluido unos metros antes de la plaza de Isabel II, más conocida como de Ópera, por albergar el Teatro Real. El tramo que discurre desde la Puerta del Sol, desde la estatua de la Floridablanca hasta ese enclave mágico infantil será parte de las próximas obras de mejora de la Puerta del Sol.

La calle Arenal conforma un entorno único, perteneciente al Madrid de Los Austrias. Lo primero que encontramos de su referencia histórica es la instalación de las farolas modelo Fernando VII, recuperada de épocas pasadas. Esas farolas continuarán la línea de las que hay en la zona de Ópera, aunque debido a la amplitud de espacios en la plaza allí tienen 3 cabezas. Con su nueva ubicación en la vía pública en lugar de en las fachadas de los edificios, la nueva luminaria, provista de placas LED, ahorrarán consumo energético, aumentará los niveles lumínicos y evitará el deslumbramiento al vecindario.

 

Así, mientras caminamos por el pavimento de losas y adoquines de granito gris, podemos recordar los primeros tiempos de esta calle Arenal, donde los coches de caballos recorrían sus calles o, ya con la llegada de los vehículos de cuatro ruedas el transporte facilitó recorrer las calles de Madrid en menos tiempo. Con el nuevo pavimento sin juntas de la calle Arenal facilita la comodidad del tránsito peatonal y la accesibilidad de personas con problemas de movilidad.

Por suerte, la ausencia de tránsito habitual de vehículos desde hace años ha dejado que el peatón sea el rey de la calzada, que se mueva de comercio a comercio y, consiga los productos únicos en tiendas que mantienen su encanto o, las ofertas más innovadoras de nuevas tiendas internacionales. Sin embargo, los vehículos autorizados podrán atravesar la calle Arenal por las vías Costanilla de los Ángeles, Donados, Hileras, San Martín, Bordadores, Fuentes, Travesía de Arenal y Maestro Victoria.

Como peatones podemos realizar paradas sin que los coches nos interrumpan en lugares como una de las iglesias más antiguas de Madrid, la de San Ginés. El templo, al que se accede por una pequeña escalinata fruto de devoción de uno de los santos más venerados por los madrileños, San Judas Tadeo. A su lado, podemos apreciar uno de los cuadros atribuidos a Doménikos Theotokópoulos, El Greco, que algunas veces explica el voluntariado de la iglesia. De planta cruceiforme permite apreciar una cúpula y, en sus laterales dispone de curiosas capillas y de una antigua bautismal.

Ya en la calle, en el lateral izquierdo del templo, encontramos la travesía que lleva el nombre del santo. Una vía con forma de codo y con un arco que atraviesa las casas, donde hay establecimientos nombrados en cualquier guía de viajes, por su curiosidad. El primero de la calle es una pequeña librería y al fondo el típico chocolate con churros madrileño, en una de las chocolaterías las más conocidas internacionalmente. Además, Arenal se caracteriza también, por la amplia oferta hostelera permite que propone opciones para los gustos culinarios de cualquier paladar.

Un poco más adelante, en el número 22 podemos encontrar la placa que la Agrupación de Amigos de Chinchón colocó en el edificio donde vivió sus últimos años uno de los toreros míticos, Salvador Sánchez Frascuelo.

En cuanto a la arquitectura se mezclan edificios de diversas épocas con propuestas un poco más modernas. La restauración de cualquier de los edificios de esta calle Arenal nos permite mirar al cielo y ver la evolución que ha experimentado la arquitectura en los últimos siglos. Casas con balcones, sin balcones, con miradores, con ventanas de madera o de otros materiales conforman una breve descripción visual de hasta qué punto el distrito de Centro y la ciudad de Madrid se han ido transformando en las diferentes épocas.

Con la inclusión de los nuevos alcorques y la plantación de más árboles el color verde dará un toque de frescura y, permitirá que los viandantes se resguarden del sol en verano. Además, los nuevos bancos de granito permitirán unos momentos de descanso y, justo al lado de los ejemplares arbóreos también serán un lugar para el refresco. Además, si hay sed se podrá coger agua en la fuente pública que hay frente al número 18.

Vista general de la calle Arenal desde el tramo del pasaje de San Ginés hasta el final de la vía en la plaza de Ópera

Si quieres descubrir más por tu cuenta, Arenal ¡te espera!