A partir de la semana que viene caminar por las calles San Vicente Ferrer, La Palma y Espíritu Santo será una experiencia diferente. Donde antes había aceras de apenas sesenta centímetros de ancho y por donde resultaba difícil pasar con un carrito de bebé o charlando en paralelo con un vecino, ahora encontraremos aceras accesibles que mejorarán la movilidad peatonal en el entorno.
Poner remedio a la excesiva estrechez de las aceras del barrio responde a las demandas de vecinos y comerciantes de la zona, que desde hace tiempo reivindican espacios más transitables en el barrio.
Para ganar espacio en vías tan estrechas se eliminarán líneas de aparcamiento en las calles La Palma, en el tramo entre San Bernardo y Corredera Alta de San Pablo; San Vicente Ferrer, entre San Bernardo y Fuencarral; y en Espíritu Santo, entre la calle Santa Lucía y la Plaza de Juan Pujol. Estas plazas de aparcamiento no se perderán, sino que compensarán con otras nuevas dispuestas en batería en las calles próximas.
Se procederá al cambio de estacionamiento en línea por estacionamiento en batería en la calle Santa Cruz de Marcenado, entre Mártires de Alcalá y Conde Duque, eliminando uno de los tres carriles de circulación; y en la calle Conde Duque, entre Santa Cruz de Marcenado y final, en sus números impares, con la reducción de dos carriles a uno. En otro tramo de la calle Santa Cruz de Marcenado, desde el paso de vehículos existente en el número 1 de esta calle hasta la de San Bernardo, se creará una banda de estacionamiento en batería reduciendo el ancho del único carril existente.
Asimismo, parte de las reservas de estacionamiento para carga y descarga, personas con movilidad reducida y motos que desaparecen de San Vicente Ferrer y La Palma, se reubicarán en calles próximas como Costanilla de San Vicente, Santa Lucía, Dos de Mayo o San Bernardo.
Como en otras calles del centro, el diseño viario de las calles es de plataforma única y la delimitación entre la acera y la calzada vendrá marcada por una pavimentación diferente. Con la nueva ordenación también se reducirá el excesivo número de bolardos en aproximadamente 450 unidades, dejando únicamente los estrictamente necesarios. En su lugar se instalarán jardineras, aparca bicicletas y, en menor medida, bancos.
Las tareas comenzarán con el cambio de la señalética, continuarán con la eliminación de la zona SER y el cambio de ubicación de las reservas de carga y descarga, motocicletas y personas con movilidad reducida. La señalización de las nuevas plazas será simultáneo. Estas operaciones marcarán el inicio de la retirada de los bolardos que permitirá ampliar las aceras, y que tendrá una duración aproximada de cuatro semanas.
El orden de intervención establecido comienza en la calle Palma, para después continuar con San Vicente Ferrer y terminar en el tramo de Espíritu Santo. Al no llevar aparejada ningún tipo de obra, tendrá un coste mínimo para el Ayuntamiento de Madrid y no conllevará cortes de tráfico durante su ejecución. Una vez concluidas las tareas y al perder tráfico de paso, estas calles ganarán tranquilidad mejorando la calidad de vida del vecindario.