«Sólo quiero morir en mi tierra, /que me entierren en ella,/ fundirme y desvanecerme en su fertilidad/ para resucitar siendo hierba en mi tierra,/resucitar siendo flor/que deshoje un niño crecido/ en mi país. Sólo quiero estar en el seno de mi patria/siendo/ tierra /Hierba/ O flor».

Estos versos de la poetisa palestina Fadwa Tuqan, en árabe y español, encabezan el monolito que se ha instalado en el espacio verde delimitado por las calles Palos de la Frontera, Batalla del Salado y Canarias, además de dos placas con la nueva denominación en honor al pueblo palestino.

Un homenaje rendido en un acto de inauguración al que asistieron Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde y responsable de la Oficina de Derechos Humanos y Memoria y la concejala presidenta de Arganzuela, Rommy Arce, junto al presidente de la Comunidad Hispano Palestina Jerusalén, Yamil Abusada, el representante del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, Santiago González Vallejo, y el embajador palestino, Musa Amer Odeh.

Dicha denominación fue aprobada en el Pleno de Arganzuela el 14 de febrero de 2018 por mayoría de los grupos municipales, así como la colocación de una placa conmemorativa aprobada por la Junta de Gobierno del pasado 17 de enero. “Hoy en día, la pérdida de credibilidad de la comunidad internacional para adoptar compromisos firmes y coherentes hace que no resulte fácil mantener viva la esperanza en Palestina. Por eso, hoy más que nunca, el pueblo palestino necesita la solidaridad del pueblo madrileño”, ha afirmado Arce.

Rostros y lucha

Además, con motivo de este homenaje, el Centro Dotacional Integrado ubicado en la misma confluencia de calles, alberga hasta el 26 de febrero la exposición fotográfica Palestina, una mirada a la injusticia de la bilbaína Sandra Barrilaro.

Una muestra de 52 imágenes en blanco y negro tomadas en Cisjordania y Gaza durante la campaña Rumbo a Gaza, que reclama la libertad de movimientos hacia y desde este territorio y el fin del bloqueo de Israel. En esta zona sobreviven más de dos millones de personas, las tres cuartas partes refugiados a los que se les prohíbe volver a sus hogares, con carencia de agua, energía y tratamientos sanitarios. Barrilaro viajó por primera vez a Palestina en junio del 2009.