Para realizar el seguimiento del plan se definen tres tipos de indicadores: de impacto, asociados a los objetivos generales; específicos, que evalúan la incidencia real de las acciones ejecutadas en su conjunto; y de proceso, que valoran el grado de ejecución de las medidas.
El cumplimiento del plan, sobre la información obtenida de los indicadores citados, se analizará y evaluará periódicamente para conocer tanto el grado de progreso en la implementación de las medidas, como el efecto de las mismas sobre la calidad del aire, la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de medidas de adaptación al cambio climático.
La evaluación del efecto esperable de las medidas incluidas en el plan debe realizarse de forma diferenciada teniendo en cuenta la naturaleza de las mismas, el sector en el que se encuadran y los contaminantes de interés.
En el caso de los principales compuestos relevantes para la calidad del aire, como el dióxido de nitrógeno o las partículas, el objetivo final es determinar cuál será la concentración resultante en el aire ambiente para el conjunto de la ciudad, lo que implica hacer una simulación de la calidad del aire. Dada la complejidad de este ejercicio y la necesidad de incorporar los efectos combinados y posibles sinergias de todas las medidas, en primera instancia se plantea realizar una estimación, del efecto previsible de cada medida en términos de emisiones, como indicador de la contribución de cada medida para mejorar la calidad del aire y la mitigación del cambio climático.
El análisis se completará con la estimación del impacto de la contaminación atmosférica en la salud de la población de Madrid.