Nos encontramos en Madrid Río, en una de las naves pertenecientes al complejo de Matadero de Madrid, junto a la Junta de Distrito de Arganzuela, y que -como otras instalaciones del mismo- ha sido reconvertido a un uso lúdico y cultural. El acceso, desde el Paseo de la Chopera, a tiro de piedra de la estación de Metro de Legazpi, o bien atravesando el Manzanares desde el Salón de los Pinos, nos enfrenta a un edificio acristalado, a la manera de los invernaderos antiguos de la Arquitectura del Hierro del siglo XIX. Sin embargo, la reconversión de la antigua “Nave de Patatas”, destinada como almacén de hortalizas, al actual Palacio de Cristal de la Arganzuela tuvo lugar en 1992. En ese año se sustituyen las placas de fibrocemento por láminas de vidrio, y aprovechando la estructura metálica a dos aguas, se acondiciona como invernadero siguiendo el modelo de los invernaderos clásicos, típicos de otras ciudades europeas. Aun así, algunos elementos presentes como las cabezas de reses en la parte superior aún evocan su pasado.

 

“Muchas son las lecciones que se pueden extraer del estudio de las plantas, si se procura el verdadero espíritu de la sabiduría”

John Hutton Balfour

 

En el interior, con diferente intensidad según la época del año, vamos a poder experimentar en nuestra propia piel el cambio de temperatura y humedad propia a su finalidad como invernadero. Aprovechando el efecto de los cristales, los cuales permiten la entrada de luz que calienta su interior y a la vez evitan que ese calor escape, y con sistemas que permiten la regulación de temperatura, humedad y luminosidad, podemos recrear las condiciones óptimas para el desarrollo de especies vegetales de diferentes regiones del mundo.

La nave está dividida en cuatro áreas a las que se accede desde el pasillo en forma de cruz en torno a una plaza central. El acceso a cada área se realiza a través de una doble puerta de cristal que garantiza la conservación de las condiciones de temperatura y humedad en cada una de ellas.

Las áreas que podemos descubrir dentro de esta instalación municipal son:

  • Un área con representación del clima desértico.
  • Un área con representación del clima subtropical.
  • Dos áreas con representación del clima tropical.

 

Pasamos a describir las características más significativas de cada área/clima:

  • CLIMA DESÉRTICO. La escasez de humedad y las temperaturas extremas son los principales factores con los que se enfrentan las plantas cactáceas y suculentas.

Las plantas tienen hojas pequeñas o inexistentes para reducir la transpiración, estructuras suculentas y con formas esféricas o cónicas para almacenar el agua, ciclos de vida adaptados a la escasa precipitación, estructuras defensivas o para reflejar el exceso de luz como son las espinas y “pelos”, son algunas de las adaptaciones que poder observar en la colección vegetal representando al clima desértico. Destacan especies americanas como los familiares cactus y agaves, o especies africanas pertenecientes a las familias de los aloes y las euphorbias.

 

  • CLIMA SUBTROPICAL Encontramos una gran variedad de especies adaptadas a la alternancia de estaciones secas y (muy) lluviosas y a temperaturas, que si bien pueden experimentar cambios estacionales, nunca llegan a ser demasiado bajas.

Clima propio de regiones entre los trópicos y las zonas templadas. Existe una gran estratificación donde encontramos desde especies caducifolias a las muy representativas laurifolias. Destacables por su aprovechamiento son las especies como los cítricos o el famoso platanero del archipiélago canario.

  • CLIMA TROPICAL Grandes hojas que permiten una mejor evapotranspiración y captación de luz, e impermeables al exceso de agua, troncos rectos y proyectados hacia arriba, gran variedad y especialización de especies en estratos y formas distintas, nos ilustran bien las adaptaciones de las plantas a un clima extremadamente húmedo, sin estaciones, y a una gran competitividad por la luz y otros recursos.

Propio de las regiones que se extienden desde el Ecuador terrestre hasta los Trópicos, observamos especies con forma de roseta característica de las bromelias a las familiares palmeras, pasando por plantas que crecen sobre otras plantas (epifitas) en forma de liana o enredadera. Sin olvidar las plantas acuáticas.

 

En resumen, en apenas 7.100 metros cuadrados encontramos unas 750 especies vegetales y más de 400 géneros pertenecientes a 70 familias. A través de sus hojas podremos disfrutar de la biodiversidad y conocer de una manera práctica la evolución de los vegetales adaptados al ambiente en el que crecen. Conoceremos la utilidad económica y ornamental de la plantas, al mismo tiempo que experimentamos, a pequeña escala, el genuino efecto invernadero”.

¿Qué puedo hacer para disfrutar de la instalación y del conocimiento que ella desprende?

El Invernadero de la Arganzuela abre de lunes a domingo de 10 a 14h. Se puede visitar libremente.

Desde el Programa de Actividades Ambientales, se programan con carácter trimestral visitas guiadas a la misma, acompañados por un equipo de educadores ambientales podremos descubrir las características de la biodiversidad que también tenemos en las ventas de casa. Nos sorprenderán muchas de las especies que viven con nosotros cómo con una mala gestión por nuestra parte son potenciales plantas exóticas invasoras. ¿Quieres saber cuáles? ¡Te esperamos en las próximas visitas!

 

El recuerdo es un invernadero de las alegrías pasadas.

Lucian Blaga poeta, dramaturgo y filósofo rumano 1895 – 1961