Es el último domingo de junio y desde las nueve de la mañana ya se siente intenso el sol que obliga a refugiarse en la sombra. No vale cualquier sombra, la de la boca del metro Hospital 12 de Octubre no nos sirve, la de un almez (Celtis australis) sí, así que esperamos a que todas las personas estemos para salir en busca de sombras y… ¡de aves, claro! en el Parque del Manzanares o Parque lineal del Manzanares.
Los asistentes a la actividad comienzan a intercambiar consejos útiles de cómo observar aves. Comenzamos la ruta siguiendo el Anillo Verde que aprovechamos para también comenzar a prestar atención a todo ser con plumas que se nos cruza.
Reconocimos a las más urbanitas saliendo de la glorieta de Málaga; paloma doméstica (Columba livia), gorriones comunes (Passer domesticus) y urracas (Pica pica). También las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) tuvieron su momento poco después junto a un gran cedro (Cedrus sp.) lleno de nidos. Recordamos que cada agujero es una cámara en la que vive una pareja de cotorras. De esta manera, contando los agujeros podemos saber cuántas viven en el nido al completo. Las dejamos junto a la hierba de la que se alimentaban de las briznas jóvenes. No podemos olvidar que se trata de una especie exótica invasora.

[Imagen 1. Olivar del Parque Lineal del Manzanares. Fuente: Madrid Ambiental]
Una vez en el Parque Lineal del Manzanares nos topamos con una palomas torcaz (Columba palumbus) junto a un alcornoque (Quercus suber). Miramos al cielo y se había poblado de vencejos (Apus apus).
El camino que tomamos fue algo aleatorio por la dehesa de olivos (Olea europaea) dejándonos llevar por lo que aparecía ante nuestros ojos. Primero fueron mirlos (Turdus merula), algún jilguero (Carduelis carduelis) luego una lavandera blanca (Motacilla alba) y tras hablar un poco sobre ellos, los pitos ibéricos (Picus sharpei). De estos vimos a la madre con un pollo. Su plumaje delataba al juvenil y al poquito vimos como su madre regurgitaba comida dentro de su pico.

[Imagen 2. Vencejo común (Apus apus). Fuente: Jamesbot. Creative Commons – Algunos derechos reservados: https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/]
También vimos una paloma zurita (Columba oenas) que bajaba y subía de un ciprés (Cupressus sempervirens). Nos percatamos entonces de que estaba buscando ramitas y que estaba construyendo su nido allí dentro.
Tras ello ya nos dirigimos a la parte más seca del olivar con la esperanza de ver abubillas (Upupa epops). Y tuvimos suerte, no solo vimos una abubilla si no que descubrimos dónde tenía su nido. Iba y venía con larvas en el pico. A pocos árboles cerca ocurría lo mismo con un carbonero común (Parus major) que también proveía de alimento a sus pollos yendo y viniendo.
Llegados al bosque de ribera, ya junto al río Manzanares entre cantos de muchas cigarras (Cicadoidea sp.) vimos una garza real (Ardea cinerea) que nos sobrevoló a pocos metros y nos dejó ver su enorme tamaño.

[Imagen 3. El grupo junto al bosque de ribera del río Manzanares a su paso por el Parque Lineal del Manzanares. Fuente: Madrid Ambiental]
El puente que debíamos cruzar se encontraba a pleno sol y sin posibilidad quedarse a observar el bosque de galería que forma la orilla del río. Así que continuamos junto al río el paseo.
Por la margen derecha del río encaminándonos hacia el siguiente puente, vimos volar fugazmente a un ave grande pero con una agilidad inusual para su tamaño. Ninguna otra se mueve igual. “¡Era una oropéndola!” dijo alguien del grupo con emoción. Pensamos en lo genial de haber visto una y con la pena de que hubiera sido tan fugaz, pero la oropéndola volvió. Vaya que si volvió. Nos dejó verla durante bastante rato. Iba y venía de una orilla a otra entre las ramas de los chopos (Populus nigra). Pudimos verla perfectamente y también escuchamos su reclamo. Era un macho de oropéndola europea (Oriolus oriolus).

[Imagen 4. Oropéndola europea (Oriolus oriolus). Fuente: Vasily Kalinichenko. Creative Commons – Algunos derechos reservados: https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/]
Habiendo vivido ese momento podríamos haber dado por terminada la jornada, fue sencillamente ¡espectacular!. Pero nuestro camino finalizaba en Legazpi y esperábamos encontrar alguna especie más que no hubiéramos visto aún.
Además de algún barbo común europeo (Barbus barbus) y galápagos de florida (Trachemys scripta), de camino a Madrid Río vimos gallinetas (Gallinula chloropus), ánades reales (Anas platyrhynchos) y una pareja de gansos del Nilo (Alopochen aegyptiaca) con sus cinco polluelos, otra de las especies exóticas invasoras que viven en la ciudad de Madrid.
Llegados al final de la pasarela de madera que conecta el Parque Lineal del Manzanares con Madrid Río volvimos a ver otra garza real (Ardea cinerea), esta vez posada, escondida cobijada a la sombra. Sombra que nos faltaba a nosotros en este tramo. Por ello avanzamos a paso más ligero hasta llegar a Madrid Río y descansar bajo la sombra de tres fabulosas melias (Melia azedarach). Mantuvimos una charla sobre lo curioso de los nombres vernáculos y como cambian en según el territorio de origen.
Llegados a Legazpi realizamos la evaluación de la actividad y nos despedimos haciendo un breve repaso de las especies avistadas y momentos disfrutados.
¡Hasta el próximo itinerario ornitológico!
Puedes animarte y reservar plaza en el correo electrónico del programa: proambiental@madrid.es
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