Después de unos días de respiro tras la intensa y larga ola de calor, parece que hoy las temperaturas vuelven a subir. Sin embargo, a primera hora de la mañana la temperatura es ideal para salir a pajarear por el Parque Lineal del Manzanares y continuar por Madrid Río, donde finalizaremos a la altura de Matadero.
Ambos parques se hallan recorridos, a lo largo de toda su longitud, por el río Manzanares. Debido a la renaturalización que desde hace una década se llevo a cabo en el mismo, hoy podemos disfrutar de un verdadero ecosistema fluvial con su fauna asociada; entre la que destaca la enorme diversidad de aves que podemos contemplar hoy en día tanto en sus aguas, como en las orillas y la vegetación de ribera. Además, las enormes praderas y dehesas, tanto de olivos (Olea europaea) como de encinas (Quercus ilex) y alcornoques (Quercus suber), del Lineal ofrecen una riqueza de hábitats para la avifauna presente.

[Imagen 1. Río Manzanares a su paso por el parque Lineal del Manzanares. Fuente: Madrid Ambiental.]
Antes de iniciar la marcha, sin movernos del punto de encuentro -metro Doce de Octubre-, podemos ver varias especies a nuestro alrededor: cotorras argentinas (Myiopsitta monachus), palomas torcaces (Columba palumbus) y bravías (Columba livia), gorriones comunes (Passer domesticus) y molineros (Passer montanus), urracas (Pica pica), mirlos comunes (Turdus merula) y, si alzamos la vista al cielo, observamos a los vencejos (Apus apus) y a los aviones comunes (Delinchon urbicum).
Muchas veces no somos conscientes de la rica biodiversidad que tenemos a nuestro alrededor. A pesar de estar en una ciudad tan urbanita como Madrid, en los numerosos espacios verdes que la recorren, podemos encontrar multitud de especies si estamos atentos y en silencio, como nos ha ocurrido al cruzar el Parque de San Fermín.
En las praderas de césped, un pito ibérico (Picus sharpei) casi nos pasa desapercibido si no hubiera sido por la observación atenta, pues se camuflan muy bien en estos lugares debido a sus tonalidades verdosas.
Continuamos caminando y, unos metros más adelante, algo muy pequeño y del mismo color que la corteza del árbol por el que asciende se mueve y capta nuestra atención. Se trata de un agateador común (Certhia brachydactyla), especie tan esquiva como difícil de ver por su mimetismo con los troncos arbóreos.
Al bajar la vista al suelo, un par de tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) buscan alimento a unos pasos de nosotros. Se diferencian de las palomas, además de por los colores del plumaje que lucen, porque éstas son algo más pequeñas que aquellas.

[Imagen 2: Tórtola turca (Streptopelia decaocto). Fuente: L.Bravo Jarilla/CENEAM.]
Sin haber llegado al Lineal del Manzanares, vemos al primero de los papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca) que observaremos a lo largo de la mañana. Las manchas blancas de sus alas lo hacen fácilmente reconocible a cierta distancia.
Una vez dentro del Lineal, bajamos hasta el río donde observamos encaramado al tronco de un sauce (Salix sp.) de la orilla contraria a un pico picapinos (Dendrocopos major). Y sin movernos del sitio, avistamos a un par de cotorras de Kramer (Psittacula krameri) posadas sobre la rama de un olmo (Ulmus sp.) de la orilla en la que nos encontramos.
Comienzan a aparecer los primeros de los cuantiosos ánades azulones (Anas platyrhynchos) que habitan las aguas del Manzanares. Continuamos paralelos al río hasta llegar a la pasarela nº10 y nos detenemos unos instantes para otear las aguas. Una garceta común (Egretta garzetta) espera impertérrita en la orilla al acecho de alguna presa…

[Imagen 3: Garceta común (Egretta garzetta). Fuente: Juan Perales Rodríguez/CENEAM.]
Salimos del Lineal y cruzamos el nudo Sur por arriba. Hemos tenido que cambiar el itinerario ya que la pasarela de madera que une ambos parques -el Lineal y Madrid Río- está cerrada por obras y, según parece, está previsto permanecer así durante los próximos seis meses.
Al pasar por los jardines paralelos a la calle 30, en las praderas vemos un gran grupo de estorninos negros (Sturnus unicolor) y varios serines verdecillos (Serinus serinus) junto a ellos. También vemos en esta zona a una solitaria lavandera blanca (Motacilla alba) paseando tan campante y varias golondrinas (Hilando rustica) surcando los cielos.
Atravesamos la pasarela por encima de la calle 30 para llegar hasta Madrid Río. En los primeros matorrales que encontramos, varios mosquiteros revolotean rápidamente sin poder llegar a distinguir la especie concreta. Por la época del año en la que nos encontramos podría tratarse de los estivales mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus) o papialbos (Phylloscopus bonelli), así como del residente mosquitero común (Phylloscopus collybita).
En Madrid Río nos reciben algunas aves acuáticas como la focha común (Fulica atra) y la gallineta (Gallinula chloropus) que hacen aparición entre la vegetación palustre. Entre el frondoso arbolado de las isletas revolotean un par de cetias ruiseñores (Cettia cetti).
Un carbonero común (Parus major) aparece entre los sauces ribereños y, como colofón del itinerario de hoy, un martín pescador (Alcedo atthis) posa durante unos breves, pero magníficos instantes en la rama de uno de estos árboles para despedirnos con una sonrisa y con gran satisfacción después de esta espléndida mañana.

[Imagen 4: Martín pescador (Alcedo atthis). Fuente: C.Valdecantos/CENEAM-MMA]
Las aves nos enseñan a afinar el oído, a observar con detenimiento, a ir más despacio…a redescubrir lo cotidiano. Si quieres compartir con nosotros momentos como estos, desde el Programa Madrid Ambiental te invitamos a nuestros próximos itinerarios y talleres sobre aves.
“El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve. La golondrina que vuela es ala porque te lleva”
Antonio Machado

