Tras una intensa y extremadamente larga ola de calor en pleno mes de agosto, parece que el mercurio nos da un respiro, e incluso hace fresquito, este viernes en Madrid…ideal para observar aves. Hemos venido al Parque Emperatriz María de Austria de Carabanchel.
Este lugar nos ofrece múltiples hábitats –praderas de césped, pinar, láminas de agua– que albergan hasta casi una treintena de especies diferentes de aves. Esta diversidad se ha visto favorecida, entre otras actuaciones, por las plantaciones de orlas espinosas para las aves frugívoras, así como por la instalación de cajas nido y comederos dentro del proyecto piloto de restauración del Plan de Fomento y Gestión de la Biodiversidad de Madrid.

[Imagen 1: Cartelería Plan de Fomento y Gestión de la Biodiversidad de Madrid. Fuente: Madrid Ambiental.]
Como viene siendo de costumbre, en un parque urbano tan céntrico como es en el que hoy nos encontramos, las urracas (Pica pica), las palomas bravías (Columba livia) y las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) son las primeras en aparecer, incluso antes de adentrarnos en el parque.
El segundo ranking de abundancia viene representado por los estorninos negros (Sturnus vulgaris), los mirlos comunes (Turdus merula) y las palomas torcaces (Columba palumbus). Las últimas con varios polluelos. Todas estas especies campan a sus anchas por las praderas y entre los arbustos que encontramos a ambos lados del sendero central desde el acceso principal del parque.
Esta mañana hemos observado a numerosos pitos ibéricos (Picus sharpei) tanto en las praderas, como en los troncos de diversos árboles. Si no hemos visto al menos una decena, no hemos visto ninguno.
Un par de tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) también se han dejado ver paseando por el césped junto a varios bandos de gorriones molineros (Passer montanus) y comunes (Passer domesticus).
Continuamos por el camino principal y, justo antes de llegar la plazoleta que lo separa de la olmeda, un carbonero garrapinos (Periparus ater) revolotea entre las ramas de una arizónica (Cupressus arizonica) próxima al sendero. Se encuentra columpiándose cabeza abajo y mostrándonos la manchita blanca de la nuca tan característica de esta especie. Nos sorprende haberle visto antes de llegar a la zona del pinar, donde es más habitual observarle.
Lo mismo nos ha ocurrido con un pico picapinos (Dendrocopos major) que nos ha maravillado cuando ha pasado volando muy cerca de nosotros y se ha encaramado al tronco de un olmo (Ulmus sp.) justo antes de bajar hacia el lago y atravesar los piñoneros (Pinus pinea), que es donde suelen estar.
En esta misma localización, escuchamos el canto de una cotorra de Kramer (Psittacula krameri) que no logramos ver. Finalmente, tras escudriñar unos instantes con los prismáticos, la descubrimos en la rama de una acacia cercana.
Ya comienzan a avistarse los primeros papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca). Hoy nos hemos cruzado con unos cuantos, todas hembras. Estas son más claritas que los machos, tal y como se muestra en la siguiente imagen.

[Imagen 2: Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), hembra a la izquierda y macho a la derecha. Fuente: V. García Canseco- A. Gabriel López Portales / CENEAM- MMA.]
Al llegar al lago observamos a varias gallinetas comunes (Gallinula chloropus) con sus polluelos junto a numerosos ánades azulones (Anas platyrhynchos), la mayoría -por no decir todas- también hembras. Entre todas ellas, avistamos un ejemplar de zampullín común (Tachybaptus ruficollis), con el cuello de color pardo oscuro típico del plumaje estival.

[Imagen 3: Zampullín común (Tachybaptus ruficollis). Fuente: Juan Perales Rodríguez/ CENEAM.]
Antes de cruzar la ría artificial, en las praderas aledañas observamos a una abubilla (Upupa epops) picoteando afanosamente el césped. Nos ha extrañado no haber visto a más ejemplares de esta especie a lo largo de la mañana ya que son bastante frecuentes en este parque, sobre todo en verano.
Exactamente igual nos ha ocurrido con la única lavandera blanca (motacilla alba) que ha ido a nuestro encuentro en todo el recorrido. Además, ha sido en eta zona también.
Los que sí que han aparecido a montones y en varios bandos, casi a ras del suelo, a la caza de insectos han sido los aviones comunes (Delinchon urbicum), junto a alguna que otra golondrina (Hirundo rustica), desde las praderas del pinar hasta las de la plazoleta donde hemos finalizado el itinerario de hoy.

[Imagen 4: Participantes del itinerario ornitológico de hoy. Fuente: Madrid Ambiental.]
Esperamos que hayáis disfrutado con las historias que nos traen las plumas, los cantos y los vuelos que cruzan nuestros paisajes. Cada ave que vemos es un recordatorio de lo valiosa que es la biodiversidad que nos rodea y de la importancia de protegerla y conservarla.
Te invitamos a vivir con nosotros las próximas aventuras ornitológicas. Te dejamos el enlace a nuestro catálogo donde podrás otearlas…
“Las aves son las más claras y evidentes manifestaciones de la libertad de la naturaleza”
Félix Rodríguez de la Fuente

