Se prevé un caluroso fin de semana, ideal para pasear con la fresca a primeras horas de esta sabática mañana alrededor de la senda fluvial del Pardo. Mientras van llegando todos los asistentes al punto de encuentro, varios grupos de gorriones molineros (Passer montanus) y gorriones comunes (Passer domesticus) revolotean cerca del Puente de los Capuchinos.

Desde el cielo, grandes bandos de vencejos (Apus apus) mezclados con algunos aviones comunes (Delinchon urbicum) bajan al río Manzanares a beber de sus aguas mientras cazan ágilmente insectos en pleno vuelo. Las golondrinas (Hilando rustica) se han hecho más de rogar, tanto en tiempo como en abundancia.

Un trepador azul (Sitta europaea) capta nuestra atención nada más comenzar a andar. Entre tanta paloma torcaz (Columba palumbus) y tanta urraca (Pica pica) nos ha resultado de lo más singular, hasta el momento…

Algún que otro estornino negro (Sturnus unicolor) revoloteaba por encima de nosotros o se movía entre los matorrales aledaños. Nos ha extrañado verlos tan solitarios ya que se trata de una especie bastante gregaria.  Otros que suelen ser bastante habituales, y que apenas se han dejado ver, han sido los mirlos comunes (Turdus merula).

Los jilgueros (Carduelis carduelis) se han dejado ver yendo y viniendo con su ondulante vuelo mientras cantaban sus características y alegres melodías. También varios carboneros comunes (Parus major) han ido cruzándose a lo largo de nuestro recorrido junto a los escurridizos ruiseñores comunes (Luscinia megarhynchos) que, nada más percatarse de nuestra presencia, retomaban el vuelo y se ocultaban entre la vegetación de ribera.

Abajo, surcando las aguas han sido muy numerosos los grupos de ánades azulones (Anas platyrhynchos) y, para nuestra sorpresa, hemos avistado en dos ocasiones al martinete común (Nycticorax nycticorax) -ambas volando al ras del río- y hemos sido agraciados con la aparición del martín pescador (Alcedo atthis).

[Imagen 1: río Manzanares a su paso por El Pardo. Fuente: Madrid Ambiental]

Una solitaria lavandera boyera (Motacilla flava) caminaba grácilmente sobre un muro de piedra. Su marcado antifaz negro no deja lugar a dudas de su identidad. Casi a la misma altura que la lavandera, hemos podido observar un pinzón vulgar (Fringilla coelebsun) macho.  Y sobre la rama de una acacia (Acacia sp.) hemos podido contemplar a un petirrojo (Erithacus rubecula) que estaba muy callado para lo parlanchines que suelen ser estos pajaritos.

Entre las hojas de una enorme morera (Morus alba) al otro lado del camino, revoloteaban varios pajarillos. Solo hemos podido distinguir al herrerillo común (Cyanistes caeruleus) debido a la frondosidad de este antiguo ejemplar. Mientras alzábamos la vista a lo alto de la copa, algo se cernía en el cielo; efectivamente, era un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus).

[Imagen 2: usuarios observando en El Monte de El Pardo. Fuente Madrid Ambiental] 

Después de ver a esta rapaz, han comenzado a aparecer otras muchas más: buitres leonados (Gyps fulvus), buitres negros (Aegypius monachus), milanos negros (Milvus migrans)… Hasta hemos visto a un nocturno autillo europeo (Otus scopsque se encontraba agazapado en un nido en el tronco de un enorme álamo (Populus alba) de la orilla de enfrente; también pudimos observar una majestuosa águila imperial ibérica (Aquila adalberti). Ha sido una fructífera mañana pajarera, no solo por todas las especies avistadas, sino en cuanto a rapaces se refiere.

Otros más aislados, pero que también nos han dejado disfrutar de su presencia han sido el pico picapinos (Dendrocopos major), el sociable mito común (Aegithalos caudatus) y, afortunadamente, una sola cotorra de Kramer (Psittacula krameri); matizar que aunque no hayamos visto más sí las hemos escuchado con frecuencia. Recordad que se trata de una especie exótica invasora.

 Las aves nos enseñan a mirar más despacio, a afinar el oído, a redescubrir lo cotidiano. Y en cada itinerario o en nuestros talleres de iniciación a la ornitología, así como de aves y biodiversidad, compartimos no solo conocimientos, sino emociones y momentos únicos. ¿Te animas a acompañarnos en la próxima salida? La Naturaleza tiene mucho que contarte si sabes escuchar.

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“En el momento en que desaparezca el canto de los pájaros, sabremos que algo va mal”

Rachel Carson