Hoy sábado hemos salido a realizar un itinerario ornitológico en bici. Aprovechamos la bicicleta para poder recorrer mayores distancias y realizamos paradas en puntos estratégico para detenernos unos minutos a observar aves. Hemos recorrido la ribera del río Manzanares a su paso por el parque Lineal del Manzanares y el de Madrid Río hasta el puente del Rey.
[Imagen1: Rio Manzanares en su paso por el parque Lineal del Manzanares. Fuente: Madrid Ambiental.]
[Imagen 2: Río Manzanares por su paso por el parque de Madrid Río. Fuente: Madrid Ambiental.]
No sabíamos que tal se nos daría la jornada de hoy. El día no parecía acompañarnos. La mañana ha sido nubosa y había pronóstico de lluvia al medio día, todo esto acompañado de rachas de vientos fuertes. Aún con el agua acechándonos hemos decidido lanzarnos a la aventura. Hemos tenido suerte y la lluvia nos ha respetado. Han aparecido las primeras gotas cuando ya estábamos despidiéndonos, como si estuviera planificado.
Desde el punto de encuentro, salida del metro 12 de octubre, ya hemos comenzado los primeros avistamientos del día. Volando por el cielo hemos observado una gran bandada de gaviotas sombrías (Laurus fuscus) y un grupo de estorninos negros (Sturnus unicolor). Además, cerca nuestro, refugiados en los árboles, había serines verdecillos (Serinus serinus), aunque no los podíamos ver no paraban de cantar. Tras revisar los alrededores hemos cogido nuestra bicicleta y nos hemos encaminado por un tramo del anillo verde hasta el parque Lineal del Manzanares.
Antes de adentrarnos en el parque hemos aprovechado una zona de estacionamiento del anillo verde para explicar sobre el mapa el recorrido que íbamos a realizar y echar un vistazo a nuestro alrededor. Sobre el césped había una pareja de palomas torcaces (Columba palumbus), tranquilas completamente ajenas al vendaval. Algo más inquietas estaban las urracas comunes (Pica pica) que subían y bajaban como si estuvieran dando grandes saltos.
[Imagen 3: Gaviota sombría (Laurus fuscus). Fuente:CENEAM.]
Salimos del anillo verde para adentrarnos en el parque. Nos sorprende lo tranquilo que se encuentra. De momento los únicos atrevidos a buscar comida por el césped son un grupo de gorriones molineros (Passer montanus) y algunas palomas bravías (Columba livia) que pasean por uno de los caminos de tierra del parque. Aunque no vemos más aves sabemos que están a nuestro alrededor, por nuestra experiencia en otros itinerarios por la zona, tan bien refugiadas que no conseguimos verlas. Nos acercamos a una de las pasarelas que cruza el río y de nuevo nos sorprende la quietud. Aún así no nos desanimamos y decidimos pedalear hasta el parque de Madrid Río.
La primera parada que realizamos en Madrid Río nos hace recuperar la motivación. Frente a nosotros posado en una roca con las alas abiertas para secarse tenemos a un cormorán grande (Phalacrocorax carbo). Podemos ver bien los detalles del pico, las patas e incluso las plumas. En seguida se cansa y decide echarse al agua en busca de comida. Gracias al bajo nivel de las aguas del río manzanares podemos ver su silueta y disfrutar de su gran habilidad bajo el agua. Un poco más adelante se encuentra una pareja de ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca). Por el cielo siguen volando un gran número de gaviotas sombrías y alguna paloma torcaz. Entre ellas notamos una silueta algo diferente, que bate las alas con otro ritmo y presenta una cola estrecha y corta. Se trata de un cernícalo primilla (Falco naumanni) que al no encontrar nada interesante que llevarse al pico se aleja enseguida por detrás de unos edificios.
[Imagen 4. Cormorán grande (Phalacrocorax carbo). Fuente: CENEAM.]
Volvemos a mirar hacia el río y vemos una preciosa garza real (Ardea cinerea) parada cerca de la orilla mirando el agua entretenida. Nos quedamos un rato observando sus movimientos hasta que un colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) nos distrae posándose en el borde del muro muy cerca nuestro. Esta tan cerca que no necesitamos echar mano de los prismáticos para ver sus detalles. Otra ave llega y se posa en una roca del río. Esta vez si necesitamos los prismáticos para descubrir a una lavandera cascadeña (Motacilla cinerea). Entre el carrizo y los matorrales de ribera escuchamos el sonoro canto del cetia ruiseñor (Cettia cetti) que nos delata su posición al cambiarse de rama. Lo vemos muy poco, pero nos damos por satisfechos.
Continuamos otro rato en bici hasta que un pájaro de pequeño tamaño se mete en un pino piñonero del salón de pinos. Apoyamos las bicis en el muro y buscamos entre las acículas hasta que damos con él. Es pequeño y no para quieto, pero con paciencia y habilidad conseguimos averiguar que se trata de un mosquitero común (Phylloscopus collybita). Por el camino, cerca del pino, se pasean una lavandera blanca (Motacilla alba) y una tórtola turca (Streptopelia decaocto).
Una vez cumplido el objetivo seguimos la marcha hasta una pasarela que esta repleta de nidos de avión y golondrina. De los nidos sale un gran estruendo, que nada tiene que ver con los cantos de las aves a las que pertenecen. Están llenos de gorriones comunes (Passer domesticus) que supieron hacer buen uso de estos cuando se fueron sus habitantes originales para continuar su migración. No sabemos que pasará cuando regresen y se encuentren a los nuevos inquilinos. Un avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) sale de debajo de la pasarela, despejando nuestras dudas. Todo parece indicar que se han construido nuevos nidos.
[Imagen 5: Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris). Fuente: CENEAM.]
La siguiente parada la realizamos cerca de donde se encontraba el antiguo estadio calderón. En una de las islas que ha formado el río encontramos una garceta común (Egretta garzetta) que parece estar buscando comida entre la vegetación del río. Escudriñamos las orillas llenas de carrizo en busca de alguna limícola. No encontramos ninguna, pero en seguida sale del carrizo una gallineta común (Gallinula chloropus). Además, sobre las ramas de un chopo encontramos un macho de mirlo común (Turdus merula) que parece estar descansando.
Ya casi estamos terminando. Realizamos una última parada en las inmediaciones del puente del rey. En una de las islas que ha creado el río vemos mucho movimiento. Volvemos a ver a un mosquitero común y cerca suyo un serín verdecillo. Comparten isla con un grupo de gorriones comunes y un solitario macho de ánade azulón (Anas platyrhynchos). En seguida llega otra ave de pequeño tamaño que reconocemos en cuanto se pone de frente gracias a su colorida pechera naranja. El petirrojo europeo (Erithacus rubecula) se acerca a un pequeño charco y esta un rato bebiendo agua tímidamente hasta que se vuelve a ir volando. Como si les hubieran dado el relevo bajan un grupo de estorninos negros entre los que destaca uno diferente. Con los prismáticos descubrimos que entre ellos hay un estornino pinto (Sturnus vulgaris). Sobre el tronco de un chopo, tan inmóvil que casi lo pasamos por alto, se encuentra un pito ibérico (Picus sharpei) que busca comida entre la corteza del árbol.
Terminamos muy contentos de haber realizado el itinerario. Aunque es verdad que al principio parecía que apenas íbamos a ver aves al final hemos podido disfrutar de varias. Nos despedimos hasta el próximo itinerario ornitológico. Desde el Programa Madrid Ambiental realizamos itinerarios ornitológicos tanto a pie como en bici por diferentes espacios verdes de la ciudad. Os invitamos a uniros en los próximos para disfrutar de las aves con nosotros.
“Hace ya varios siglos que pájaros ilustres sobrevuelan los predios de la vasta poesía.”
Mario Benedetti