«El amor por todas las criaturas vivientes es el más noble atributo del hombre»
Charles R. Darwin
Tal día como hoy, hace 212 años nacía Charles Robert Darwin en Shrewsbury (Reino Unido). Desde su juventud, como naturalista, fue su visión del mundo lo que lo convirtió en uno de los científicos más reconocidos del siglo XIX, cuyas teorías perduran hoy. No solo desde el campo de la Biología, al cual dedicó la mayor parte de su tiempo, sino al de la ciencia en general.
Su obra más famosa sin duda es El origen de las especies. Toda una revolución en 1859, que como a muchos genios le acarreo problemas tanto entre sus propios colegas como con gran parte de la sociedad europea de aquel momento.
Un viaje en un bergantín llamado Beagle (1831-1836), fue el que le llevó hasta las islas Galápagos. Allí le que cambió la vida de aquel joven proyecto de geólogo. No solo recogió fósiles, sino que observo la vida de especies como lo pinzones para a su llegada concebir la teoría de la selección natural.
Quizá menos conocida son otras obras como Plantas insectívoras o La formación del mantillo y las lombrices de tierra. Este último libro fue el último publicado por Darwin. Una muy completa indagación en la biología y comportamiento de las lombrices de tierra. De gran venta en 1881, no solo llegó a un público erudito o al menos docto en lo que cualquier publicación científica ofrecía en aquel siglo, sino que alcanzo a muchos agricultores, jardineros y curiosos. Tanto fue así, que resulto un libro con éxito de ventas.
Su curiosidad por las lombrices comienza muchos años antes de la fecha de la publicación de la obra. Comienza durante en sus visitas la casa de su tío. Allí las observa, pero sobre todo le interesa la capacidad de mover y remover la tierra, dejando esos turrículos a su paso. Es ahí cuando sin prácticamente darse cuenta, escribe uno de los primeros estudios exhaustivos sobre las lombrices. Desde entonces el ser humano dejó de verlas como un ser inferior para admirar sus capacidades y beneficios para la jardinería y horticultura.
En 2012 algunos vecinos de Madrid conseguimos reducir un poco nuestros residuos gracias a las lombrices. Las vermicomposteras son un sistema ideal, no solo para reducir los restos orgánicos, sino para producir humus de lombriz.
Desde casa, con pocos elementos y un puñado de lombrices de tierra podemos evocar las observaciones de Darwin, uno de los mayores naturalistas y científicos, y maravillarnos con estos seres vivos.
Dentro de la programación del PAA, desarrollamos seminarios en línea sobre vermicompostaje, en los que facilitamos las indicaciones del inicio y cuidado de una vermicompostera en casa. Te esperamos.
Mientras recuerda que ponerte la #mascarillahomologada y mantener la distancia entre personas como medida para frenar los contagios de COVID-19.