Hay muchas maneras de motivarse a “salir a pajarear”. Hay quien desea ver una especie y sale en su búsqueda, con ello arrastra toda una mañana de observaciones en las que puede que no haya caído la buscada, pero ¿ha sido un fracaso? Desde luego que no.
El naturalismo se nutre de estos pequeños “fracasos” que mantienen la esperanza y nos hace aprender cosas nuevas cada día. También hay quien sencillamente sale con los prismáticos que son los que tiran de él o ella para tener una mañana de paseo con excusa. Hoy en nuestro paseo por el Parque lineal del Manzanares y Madrid Río hemos tenido paseo y disfrute de variadas especies de avifauna.
[Imagen 1: Vista del río Manzanares desde la pasarela que conecta el Parque Lineal del Manzanares y Madrid Río. Fuente: Madrid Ambiental]
Salimos a las nueve de la mañana desde la glorieta de Málaga con el cielo completamente azul en dirección al río Manzanares.
El paso del río por el Parque Lineal del Manzanares es magnífico para la observación de aves tanto de ribera como aquellas que gustan de espacios adehesados con mezcla de especies de jardinería urbana, como de olivares y pinares.
Nos adentramos primeramente entre olivos. Aquí vimos palomas torcaces (Columba palumbus) y alguna paloma doméstica (Columba livia). Luego nos dimos cuenta de que había varias palomas zuritas (Columba oenas), al posarse una delante de nuestras narices, sobre una gran pérgola del camino principal. Más tarde veríamos otras zuritas entre la hierba. Entre tanto una bandada de gorriones molineros (Passer montanus) se alimentaba copiosamente en una zona de hierba más seca.
En una zona más húmeda y sombría comenzamos a oír frecuentemente a algunos verdecillos (Serinus serinus), ver mirlos escarbando y trepando a algún olivo de vez en cuando y en un momento más calmo, cuando nos detuvimos más a disfrutar el canto y el entorno tranquilo se posó en el suelo el macho de una curruca capirotada (Sylvia atricapilla).
Buscamos tras el auditorio algún pito ibérico (Picus sharpei) entre varias urracas (Pica pica) que asomaban, y lo que nos encontramos fueron a cinco de ellos, que turnándose se dejaron ver relativamente bien. Relativamente, porque su color era casi exacto al de la hierba; verde oliva con zonas más secas (claras).
De camino al puente azul desde el que el Parque Lineal del Manzanares da la bienvenida al río, vimos herrerillos (Cyanistes caeruleus) revoloteando y buscándose entre ramas de tilos y mosquiteros (Phylloscopus collybita) siempre inquietos.
[Imagen 2: Vista del río Manzanares desde el Parque Lineal del Manzanares. Fuente: Madrid Ambiental]
Desde el puente vimos una pareja de gansos del Nilo (Alopochen aegyptiaca) que poco después descubriríamos bajo uno de los puentes de la autopista echando a toda paloma que se posaba.
Una persona del grupo comentó que por allí había visto algún martinete (Nycticorax nycticorax) alguna vez, y aunque no lo vimos esta vez, ello derivó en una conversación sobre el martín pescador (Alcedo atthis). Ya habíamos sembrado la semilla para buscar a esta mágica y pequeña ave. Mientras tanto caminaba por una de las islas una gallineta (Gallinula chloropus) y escuchábamos al cetia ruiseñor (Cettia cetti).
Seguimos el camino dirigiéndonos a la pasarela de madera que conecta el Parque Lineal del Manzanares con Madrid Río. Y antes de pasar bajo los puentes, un macho de serín verdecillo (Serinus serinus) cantaba tan esplendorosamente y se mostró tan bien ante el grupo, que disfrutamos varios minutos de su concierto. Su canto en esta época es muy constante y presente en todos los parques de la ciudad.
[Imagen 3: Serín verdecillo sobre la rama de un álamo negro. Fuente: Madrid Ambiental]
Pasamos bajo los puentes de la autopista y comentábamos que el río llevaba bastante agua y que se veía velocidad en ella.
Al poco vimos una garceta (Egretta garzetta), que con su color blanco era inconfundible entre los troncos oscuros de los olmos y álamos negros.
Tras esta garceta llegaría otra y al instante el momentazo del día. Un martín pescador (Alcedo atthis) se posó entre una garceta y una garza real (Ardea cinerea) mientras que un cormorán (Phalacrocorax carbo) nadaba y se zambillía y en añadido una gaviota sombría (Larus fuscus) hacía giros en el aire.
El martín pescador tenía su vista puesta en el agua que tenía bajo su percha, pero se marchó cuando el cormorán le dio por nadar por allí. Al verlo la garza real se acercó intimidante para hacerlo marchar, y el cormorán buceando muy elegante se desentendió del asunto.
[Imagen 4: El grupo en plena observación. Fuente: Madrid Ambiental]
Ese rato fue maravilloso, y con esta sensación llegamos a las proximidades de Legazpi. Paseamos por el Paseo de Pinos de Madrid Río viendo algunos mosquiteros más y muy cerca un carbonero garrapinos (Periparus ater).
Ya nos quedaba poco tiempo y estábamos bien satisfechos del itinerario y de las observaciones que nos regalaron el río y los parques. Justo en el momento de realizar la evaluación de la actividad, un mito (Aegithalos caudatus) solitario se presentó, suponemos para darnos la despedida.
“Más bellos que el canto de los pájaros son sus vuelos. No todo canto es de alegría, pero todo vuelo es de libertad”.
Mário Quintana