Fría y nublada mañana de finales de otoño, bañada por una espesa capa de niebla que lo humedece todo en el Parque Emperatriz María de Austria, en el corazón de Carabanchel.

Nuestras amigas aladas están escondidas a falta de sol. Con la estrepitosa bajada de temperaturas incluso las habituales cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) que suelen hacerse notar desde antes de comenzar el itinerario, esta mañana no lo han hecho hasta que estábamos bien adentrados en el Parque. Sus homólogas las cotorras de Kramer (Psittacula krameri) han ido dando señales de vida conforme avanzábamos en el paseo. De hecho, al final de la mañana, una gran banda de ellas disputaba con otra de igual tamaño de cotorras argentinas. Invasoras contra invasoras…

Algunos gorriones molineros (Passer montanus) han sido los primeros en darnos la bienvenida junto a pequeños bandos de palomas bravías (Columba livia) y algún que otro mirlo común (Turdus merula) que asomaba por las praderas situadas a la entrada del Parque.

Más tarde hemos comenzado a ver a algunas palomas torcaces (Columba palumbus) -mucho menos abundantes que las bravías- y -a otras asiduas de nuestra ciudad- las urracas (Pica pica).

La que nos ha sorprendido muy gratamente con su presencia nada más comenzar el recorrido, ha sido la curruca capirotada (Sylvia atricapilla). Otros que han hecho aparición muy pronto y, además, en numerosas ocasiones, han sido los petirrojos (Erithacus rubecula): caminando por las praderas, subidos en las ramas, sobre un pollete, etc. Cuando no le delataba su carita naranja, lo hacía su inconfundible reclamo.

Los mosquiteros comunes (Phylloscopus collybitade) han ido yendo y viniendo constantemente a lo largo de nuestro paseo. Tan pequeñitos como rápidos, no ponen nada fácil diferenciar la especie concreta de mosquitero, teniendo en cuenta además, lo similares que son unas de otras. Sin embargo, el común es el único que se encuentra en nuestra ciudad por esta época. De ahí nuestra deducción.

 

[Imagen 1: Mosquitero común (Phylloscopus collybitade). Fuente: Pexels]

Llegamos a la zona del pinar y un carbonero común (Parus major) -el primero de otros tantos que veremos esta mañana- sobrevuela nuestras cabezas de rama en rama mientras bajamos hacia la zona del estanque. Han regresado la mayoría de las acuáticas más habituales, como los ánades azulones (Anas platyrhynchos), tras haber estado drenado por trabajos de limpieza durante unos meses.  Alguna gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), que ya comienzan a aparecer por estas fechas, nadaba entre la multitud de azulones y, acechando a la multitud sobre el muro del estanque, un majestuoso, aunque invasor, ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca).

 

[Imagen 2: Ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca). Fuente: Madrid Ambiental]

 

Varios pitos ibéricos (Picus sharpei) encaramados en los troncos de los pinos o buscando alimento en el suelo se han cruzado con nosotros llegados a esta zona baja del Parque. Aquí, también hemos podido ver a una de las pocas abubillas (Upupa epopsque deben quedar antes de su partida transahariana. Hemos sido testigos del almuerzo de alto contenido proteico -a base de lombrices- que ha conseguido con su largo pico.

De regreso al punto de partida, algunos colirrojos tizones (Phoenicurus oschruros) iban y venían haciéndose fácilmente visibles gracias a su obispillo y colita roja. Otras que se han despedido de nosotros tan grácilmente como sus andares, han sido las lavanderas blancas (Motacilla alba). Nos extrañaba no haberlas visto antes por la zona del estanque, donde suelen ser abundantes.

 

[Imagen 3: Colirrojo tizón (Phoenicurus oschruros). Fuente: Pexels]

Aunque ya comienza a acercarse el invierno con sus gélidas temperaturas, suele ser un buen momento para observar aves. La mayoría de los árboles de nuestros parques son de hoja caduca y es más fácil ver a nuestras amigas aladas.

Os animamos a que salgáis de vuestros niditos invernales para participar en los itinerarios ornitológicos del primer trimestre del año con el Programa Madrid Ambiental.

 

“El invierno es la prueba de la resistencia de las aves; quienes cantan en esta estación, son las almas más valientes”

Anónimo