El Itinerario Ornitológico en el Parque Juan Carlos I se presentaba incierto tras el temporal del día anterior. Por suerte el viento, aunque intenso, parecía hoy menos fuerte que ayer y el cielo presentaba agradables claros. Sería el frío, sin embargo, el factor climático más desagradable durante la mañana. Las condiciones para la observación eran, en conclusión, bastante aceptables; y la predisposición de las aves a mostrarse, tal como pudimos comprobar, fue inmejorable.

Como ya hemos mencionado en anteriores ocasiones, el Parque Juan Carlos I presenta características propicias para albergar una gran diversidad de especies. Por un lado tenemos su gran extensión, de 160 Ha. y por otra parte destaca su variedad de ambientes, entre los que se incluyen diferentes elementos de agua como rías y estanques, extensas praderas, zonas adehesadas con presencia de árboles y otras con setos y especies arbustivas.

 

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[Imagen 1: Mañana fría y parcialmente despejada en el parque Juan Carlos I. Fuente: Madrid Ambiental]

 

En el mismo punto de encuentro, antes incluso de emprender camino al parque pudimos ver a nuestro alrededor especies tales como la paloma torcaz (Columba palumbus), el gorrión molinero (Passer montanus), la urraca (Pica pica) o la lavandera blanca (Motacilla alba); y una vez en el parque, pero aún en el aparcamiento, nos encontramos al estornino negro (Sturnus unicolor), la paloma bravía (Columba livia) y a un madrugador carbonero común (Parus major).

En torno a un parterre anexo al propio aparcamiento del parque vimos una curiosa escena protagonizada por una pareja de verderones (Chloris chloris). Estos se encontraban en un camino de piedras entre la vegetación y a escasa distancia de nosotros, lo cual nos procuró una excelente visión de un ave habitualmente difícil de distinguir cerca de vegetación. A lo largo de la visita topamos con varios ejemplares más, lo cual es de destacar ya que las identificaciones de ejemplares de esta especia suelen ser más puntuales.

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[Imagen 2: Verderón común (Chloris chloris) en Parque Juan Carlos I. Fuente: Madrid Ambiental]

Al poco tiempo de acceder a la zona de praderas hicieron acto de presencia el herrerillo común (Cyanistes caeruleus), el gorrión común (Passer domesticus), el mirlo común (Turdus merula) y la invasora cotorra argentina (Myiopsitta monachus). Y con un bagaje, ya destacable, nos encaminamos al encuentro de las especies acuáticas.

Por experiencias pasadas ya sabemos que el dique que separa el estanque superior del estanque a menor altura que da comienzo a la ría, es un lugar muy apetecible a estas horas de día para tomar el sol. Y efectivamente, una sucesión casi perfectamente alineada de individuos de distintas especies disfrutaban plácidamente de los tibios rayos matutinos. Allí estaban el ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca), el ánade azulón (Anas platyrhynchos), la gaviota sombría (Larus fuscus) y el cormorán grande (Phalacrocorax carbo).

 

[Imagen 3: Ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca), ánade azulón (Anas platyrhynchos), gaviota sombría (Larus fuscus) y cormorán grande (Phalacrocorax carbo) en el dique. Fuente: Madrid Ambiental]

Junto a la ría nos adentramos en un pequeño bosquete de pinos tras la pista del serín verdecillo (Serinus serinus), cuyo canto se escuchaba de manera intensa. Cómo es habitual costó avistar el primer ejemplar, aunque se consiguió con el premio adicional de ver varios ejemplares de agataedor europeo (Certhia brachydactyla) saltando de pino en pino.

El olivar resultó ser también muy productivo. Allí encontramos al petirrojo (Erithacus rubecula), al colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), al pinzón vulgar (Fringilla coelebs), al jilguero (Carduelis carduelis) y al icónico pito ibérico (Picus sharpei).

Nos dispusimos a cruzar la ría para emprender el camino de regreso, pero aún dispuestos a nuevos encuentros. Uno esperado era el de la paloma zurita (Columba oenas), que habitualmente se encuentra en una zona muy concreta del parque, en torno al edificio de la Estufa Fría. Otro aconteció junto a una memorable concentración, muy puntual y animada, de varios viejos conocidos: colirrojos, pinzones y estorninos, a los que se unió un saltarín zorzal común (Turdus philomenos).

 

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[Imagen 4: Zorzal común (Turdus philomenos) al pie del árbol, a la derecha. Fuente: Madrid Ambiental]

Realizamos el resto del recorrido a mayor brío debido al frío acumulado, pese a lo cuál no dejamos de observar nuevos ejemplares de las especies mencionadas, aunque ya ninguna nueva. El balance final, pese a al gélido y apresurado final fue de una gran satisfacción respecto a una mañana muy provechosa. Nos despedimos a continuación emplazándonos para una nueva ocasión.

Este itinerario nos volvió a dejar muestra de la enorme diversidad de las aves, incluso en una gran ciudad como Madrid, y nos recuerda la gran importancia que tienen parques y jardines como refugio y lugar de encuentro entre nosotros y ellas. Os animamos a descubrirlas, conocerlas, valorarlas y respetarlas y por supuesto os invitamos a compartir la experiencia con nosotros en nuestros itinerarios ornitológicos. ¡Os esperamos!

 

“Las aves son los mensajeros de la naturaleza, nos recuerdan ir más despacio y apreciar el mundo a nuestro alrededor.”

Roger Tory Peterson