¡Tenemos nuevo Itinerario Ornitológico! En nuestras numerosas visitas al Parque Tierno Galván, en las que centramos más nuestra atención en aspectos históricos y botánicos, han sido siempre frecuentes las apariciones de una gran variedad de aves. Incluso tenemos la sensación de que nos reclaman, quizás, más atención de la que le podríamos prestar en esas situaciones. Si a eso añadimos la reciente finalización de las obras de restauración de sus estanques, que ha provocado el regreso de numerosas aves acuáticas, era cuestión de tiempo que este espacio pasará a formar parte de nuestros itinerarios. Además de los estanques encontramos en este parque praderas, arbolado variado, zonas más forestales y otras más adehesadas, proporcionando una interesante variedad de entornos. Hay que destacar, además, la escasa distancia existente con Madrid Río, el Parque Lineal del Manzanares y el Parque Forestal de Entrevías, fácil de sortear para las aves, y que hace de este parque un elemento importante de conectividad ecológica en la ciudad.
[Imagen 1: Pasarela de acceso al Parque Tierno Galván, «Puerta del Sur» y Planetario. Fuente: Madrid Ambiental]
No ha sido, el día de hoy, el más propicio para la observación de aves. Pese a que la lluvia de estos días ha dado un ligero respiro, el sol parecía reticente a mostrarse y facilitarnos la identificación. Aún con eso, podemos disfrutar de una jornada de estreno bastante satisfactoria.
De hecho, el comienzo fue bastante esperanzador. Ya en nuestra presentación, en las inmediaciones al parque, nos vimos acompañados de los ya habituales: gorrión común (Passer domesticus), paloma bravía (Columba livia), mirlo común (Turdus merula) y urraca (Pica pica). Antes incluso de acceder al parque, observamos, desde la pasarela que sortea las antiguas vías de tren, al pito ibérico (Picus sharpei). Este rebuscaba comida entre la hierba, justo en la frontera entre una de las habituales praderas del parque y uno de los caminos, por los que ya transitaban algunas personas. Para nuestra sorpresa, el ave no sentía demasiada inquietud por los transeúntes, que por otro lado parecían ignorar su presencia. Conseguimos observar otros dos ejemplares distintos de esta especie durante el itinerario (uno de ellos justo a continuación), lo que hizo de ella una de las principales protagonistas del día.
[Figura 2: Pito ibérico (Picus sharpei). Fuente: Flirck. Autor: Agustín Povedano. CC BY-NC-SA 2.0 DEED]
En la zona norte del parque, y desde la, muy apropiada, pasarela elevada que la recorre, pudimos anotar otras observaciones: el estornino negro (Sturnus unicolor), el serín verdecillo (Serinus serinus), el verderón (Chloris chloris) y la paloma torcaz (Columba palumbus). Sin embargo, no fuimos capaces de distinguir a los responsables de todos los movimientos que se percibían entre las ramas de los árboles debido a la falta de luz. No obstante, fue un lugar especialmente productivo y con algunas observaciones muy apreciadas por los participantes.
Ya frente al Planetario, eran las tupidas ramas de los pinos lo que nos complicaba las cosas. Pese a ello pudimos encontrar al gorrión molinero (Passer montanus), al agateador europeo (Certhia brachydactyla) y al carbonero garrapinos (Periparus ater). Fue poco antes de que amanecieran las cotorras. Desaparecidas durante la primera hora de nuestra ruta, fueron apareciendo poco a poco al principio, y con mayor estruendo al poco rato. Las primeras en aparecer y en mayor abundancia durante toda la visita fueron las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus), aunque poco más adelante también encontramos un pequeño grupo de cotorras de Kramer (Psittacula krameri). No dejamos pasar la ocasión de comentar acerca de las causas y perjuicios asociados a las especies invasoras, sin por ello dejar de observar lo que, por otro lado, no dejan de ser aves procurando su supervivencia.
[Figura 3: Carbonero garrapinos (Periparus ater). Fuente: pixnio. CC0]
Atravesamos después la zona central del parque, donde se sitúa el anfiteatro, que debido a una mayor afluencia de personas y mascotas y al puntual empeoramiento del tiempo, paso a ser un tramo de transición con pocas observaciones.
Una vez llegamos a los estanques que se suceden a distintas alturas en la zona sur del parque, comenzamos a descubrir a nuevos personajes. El primer estanque (el que quedaría a mayor altura) parecía vacío, sin embargo en su orilla encontramos a la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) presta a alzar el vuelo. El segundo estanque, sin embargo, presentaban un enorme bullicio protagonizado por incontables gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus). En el tercero encontramos de nuevo gaviotas, algunos grupos dispersos de ánade azulón (Anas platyrhynchos) y una pareja de gansos del Nilo (Alopochen aegyptiaca). Finalmente, en el último estanque unos graciosos zampullines comunes (Tachybaptus ruficollis) se sumergían bajo el agua y reaparecían sobre ella sin cesar.
[Figura 4: Estanque en el Parque Tierno Galván. Se aprecian tres zampullines (Tachybaptus ruficollis) en el centro de la imagen. Fuente: Madrid Ambiental]
Iniciamos el regreso al punto de partida siguiendo el recorrido de la vía en dirección a Delicias, por el flanco oeste del parque. A parte de reencontrar varios viejos conocidos tuvimos la oportunidad de observar a la lavandera blanca (Motacilla alba), a una solitaria paloma zurita (Columba oenas), a la curruca capirotada (Sylvia atricapilla) y la inconfundible silueta de la cigüeña blanca (Ciconia ciconia).
Llegado el momento de la despedida nos sentimos más que satisfechos por la jornada, esperando que este sea el primero de muchos otros encuentros con las aves en el Parque de Tierno Galván. No podemos más que animaros a descubrir a estos impresionantes seres, tan presentes y tan esquivos al mismo tiempo, en las calles, parques y jardines de nuestra ciudad. Por supuesto, os invitamos a compartir la experiencia con nosotros y los demás usuarios de Madrid Ambiental. ¡Os esperamos!
“Las aves son el grupo más popular del reino animal. Los alimentamos y domesticamos y creemos que los conocemos. Y, sin embargo, habitan un mundo realmente bastante misterioso”
David Attenborough.