Nos encontramos en la plaza de Legazpi, hoy vamos en busca de ese recurso tan valioso que es el agua.

Vemos en un lateral el antiguo Matadero de Madrid en el que sobresale una gran estructura redonda y grande nos llama la atención. Se trata del antiguo depósito de agua del Matadero. Esta infraestructura fue construida para abastecer al matadero en sus tareas de limpieza – cabe recordar que en sus inicios no estaba conectado al Canal de Isabel II y tenía un volumen de 800 m3 -. En la actualidad se utiliza como emblema del Centro Cultural El Matadero y en su base se ha creado un jardín denominado Depósito de Especies, recuperando plantas que crecían en esa zona en el pasado.

[Depósito de Agua en Matadero_ Fuente: Madrid Ambiental]

Hablamos del canal de Isabel II entonces… ¿de dónde venía el agua que se utilizaba en Madrid con anterioridad a la existencia del esta infraestructura? ¿Desde cuándo existe el Canal de Isabel II?  Para dar respuesta a estas cuestiones, nos tenemos que remontar al origen de la Villa, que hasta la inauguración del Canal de Isabel II en el año 1851, la Villa se abastecía de galerías subterráneas creadas con técnicas heredadas de los árabes llamadas “qanat o viajes de agua. Algunos de estos viajes son el Viaje del Abroñigal, el Viaje de la Fuente Castellana o el Viaje de Amaniel.

[Viaje de Agua de Amaniel_ Fuente: Madrid Ambiental]

Es ya en el siglo XIX cuando la reina Isabel II decide implementar el proyecto hidráulico para traer a la ciudad de Madrid las aguas de diferentes ríos como el Jarama o el Lozoya, entre otros. Esta obra será difícil y costosa.

Pasado el espacio El Matadero, nos encontramos con el parque Madrid Río y al río Manzanares fluyendo entre muros de hormigón. Este río nace en la Sierra de Guadarrama, en el Ventisquero de la Condesa y desemboca aguas abajo en el río Jarama a la altura del municipio de Rivas Vaciamadrid. El Manzanares es un río mediterráneo de poco caudal y por este motivo ha sido objeto de burlas o desdenes. “Manzanares aprendiz de río” le dijo entre otros Francisco de Quevedo. A lo largo de su historia ha sido objeto de modificaciones arquitectónicas que querían aportarle un mayor volumen de caudal e incluso que fuera navegable. Las presas y esclusas que vemos a lo largo de su tramo urbano lo atestiguan, y afortunadamente en la actualidad fluye con su caudal natural en el que observamos la formación de isletas de vegetación que guardan gran variedad de fauna; es lo que se conoce como Renaturalización del Manzanares.

Siguiendo el curso del río una estructura de nueva creación aparece delante nuestro. Es la pasarela del Manzanares que sirve de nexo entre el parque de Madrid Río donde nos encontramos y el Parque Lineal del Manzanares. Mirando al río podemos encontrar garzas reales, garcetas o cormoranes secando sus plumas ajenas al bullicio de la carretera M-30 que pasa junto a ellas.

Llegando al Parque Lineal del Manzanares el río parece volverse algo más salvaje y un pequeño bosque de ribera delimita ya sus márgenes. En este parque lleno de vegetación algunos carteles nos anuncian el uso de “agua regenerada” para su riego. Son múltiples los usos del agua que tenemos en Madrid (uso doméstico, industrial, lúdico, para riego…). En una ciudad tan grande existe una gran demanda de agua, pero también una sociedad que cada vez más exige un aprovechamiento eficiente de la misma. Es por ello por lo que una buena gestión de los recursos hídricos es totalmente necesaria.

Continuando nuestro camino, a lo lejos vemos una escultura singular encima de un pequeño montículo. Nos acercamos y descubrimos que se trata de la escultura de la “Dama del Manzanares” desde la que podemos ver una gran vista de la ciudad de Madrid y observar detenidamente la extensión del parque donde destacan, entre la vegetación de un arboreto extenso y variado, especies mediterráneas como olivos o encinas, entre otras.

[Escultura de la “Dama del Manzanares”_Fuente: Ayuntamiento de Madrid]

Llegando ya al final de nuestra visita volvemos a subir otro cerro para poder observar dos estructuras muy diferentes: a lo lejos la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) La China y un poco más cerca el complejo deportivo de la Caja Mágica. Este complejo es un ejemplo de uso de aguas regeneradas en instalaciones municipales. Por otro lado, la EDAR de La China es el ejemplo de la gestión de las aguas residuales de la ciudad de Madrid. La importancia de devolver al río el agua limpia es esencial y la realización de un proceso de depuración con diferentes tipos de tratamientos es totalmente necesaria.

[Foto aérea de la EDAR La China_Fuente: Ayuntamiento de Madrid]

 

«Si hay magia en el planeta, está contenida en el agua»

Loren Eiseley

Si quieres descubrir más sobre esta ruta desde el Programa Madrid Ambiental se programan con carácter trimestral visitas guiadas a la misma, acompañados de educadores ambientales que te acercarán un poco más a ese recurso tan necesario que es el agua. ¡Te esperamos en la próxima visita!