Los baños de bosque son una práctica natural con numerosos beneficios para tu bienestar y salud

 

Su denominación original es Shinrin Yoku, que significa, literalmente, «tomar la atmósfera del bosque«. Es un paseo lento, tranquilo, casi contemplativo en un entorno natural para reconectar con nosotros mismos y la naturaleza a través de nuestros sentidos.

A la hora de realizar un baño de bosque debemos apagar el móvil, dejar a un lado las preocupaciones, ser uno mismo, abrir los cinco sentidos y dedicarnos a percibir, respirar hondo y disfrutar de la naturaleza a través de una actitud de silencio y respeto.

Promovido desde las instituciones japonesas desde 1982, los baños de bosque surgieron como una terapia para favorecer la relajación mental y física para una creciente población urbana sometida a niveles intensos de competitividad y estrés, y de paso crear un motivo más para proteger y valorizar los bosques.

¿Sabías que existen entre dos y cinco millones de practicantes de baños de bosque en Japón?

Desde la puesta en marcha de la práctica de los baños de bosque, se han realizado investigaciones durante varias décadas, con diversas metodologías para comprobar de forma científica sus efectos beneficiosos en la salud física y mental. Los resultados obtenidos dejan patente que a lo largo de estos paseos se produce un cambio en nuestro cuerpo y en nuestra mente desde el principio hasta el final:

  • Algunos de los beneficios fisiológicos de este baño de bosque son: la reducción de la presión arterial, del pulso cardíaco y la elevación de las células anticancerígenas.
  • Y a nivel mental es muy positivo para las personas que tienen ansiedad o depresión porque los pensamientos recurrentes desaparecen, se entra en un estado de relajación, existe una amplitud de la creatividad y de las ideas, así como de la claridad mental.

Se cree que unos compuestos volátiles o fitoncidas (aceites esenciales que las plantas producen y liberan como defensa), pueden ser los responsables de estas reacciones en el cuerpo humano; aunque no hay aún evidencia de causalidad avalada. Dichas sustancias volátiles previenen el crecimiento de organismos atacantes en los árboles (bacterias, hongos e insectos) y se baraja la hipótesis de que inhalar estos compuestos adentrándose en un ambiente forestal sería como sumergirse en una actividad de aromaterapia natural, que podría reforzar nuestro sistema inmunitario.

 


Sumérgete en un relajante baño de bosque en el Parque de la Casa de Campo

 

 


¿Cómo darse un baño de bosque en ocho sencillos pasos?

 

No existe una única manera de realizar un baño de bosque. Desde la opción más sencilla de dar un paseo por un bosque o parque urbano por cuenta propia, hasta apuntarse a una inmersión con un grupo con guía certificado y realizar varias sesiones durante varios días.

Nosotros te damos las pautas básicas:

  1. Elige un entorno adecuado. Aunque algunos prefieren los bosque maduros, la ciudad no tiene por qué aislarte de la naturaleza; los expertos creen que incluso un parque urbano frondoso y tranquilo, puede ser adecuado. Es deseable que sea seguro, no presente pendientes y ofrezca diversidad de ambientes.
  2. Reserva tiempo en tu agenda. Se trata de una cita contigo mismo/a, para que tenga efectos beneficiosos asegúrate de dedicarle al menos 30 minutos.
  3.  Desconecta de los aparatos electrónicos e internet. Apaga el móvil, pulsera de actividad o cualquier otra cosa que te pueda distraer.
  4.  No te pongas ninguna meta. Olvídate de los objetivos físicos, kilómetros o lugares específicos por los que pasar. Se trata simplemente de caminar sin un rumbo fijo, a tu ritmo y parándote donde te apetezca. Déjate guiar por un ave u otro animal, toca el musgo todavía húmedo del rocío…
  5.  Presta atención a tus sentidos. Esta experiencia es para que te sientas mejor tú y seas más feliz; así que disfruta de los olores y texturas, piérdete entre las hojas con los colores del otoño, siente el viento, el sol y los cambios de temperatura sobre tu piel… Descubre poco a poco lo que te gusta y hace sentir mejor.
  6.  Hazlo en silencio tanto si vas solo/a como acompañado/a. Presta atención a la naturaleza y después del baño conversa y comparte con los demás tu experiencia.
  7.  Deja las preocupaciones en casa. Conecta contigo mismo/a y verás como después es más sencillo afrontar los problemas y solucionarlos.
  8.  Tómate los descansos que necesites. Párate, siéntate o túmbate siempre que lo desees; disfruta el momento.

¿Es posible que los abrazos puedan poner en peligro a un árbol?

 

Durante tus baños de bosque es imprescindible que respetes en todo momento el entorno y su biodiversidad, ayudando a conservar el espacio. Por ejemplo si sientes el impulso de abrazar un árbol, puedes hacerlo sin dañarlo, siempre y cuando no sea un árbol singular, monumental o centenario que esté sometido a una gran presión humana, porque en ese caso lo que para ti puede ser beneficioso para el árbol no lo será y estarás contribuyendo sin saberlo a la destrucción del Patrimonio Natural y Cultural.

Cuando se trata de abrazar a un árbol es prácticamente imposible acercarse a él y no pisarle las raíces, el cuello y la base del tronco por lo que en un breve lapso de tiempo puede sufrir daños irreversibles. El inconveniente es que no somos los únicos que abrazamos a los árboles más viejos y gruesos…

¿Te has parado a pensar que un grupo de 15 personas pesa cerca de 1 tonelada?

Un caso cercano de este problema lo encontramos en San Lorenzo de El Escorial, donde cientos de personas se acercaban a practicar “arboterapia” y «dar cariño» a un castaño centenario que se ha popularizado durante los últimos años. Todo el mundo iba a abrazarle con la idea de que tanto ellos como el árbol obtendrían un beneficio; sin embargo éste último se estaba asfixiando a consecuencia de la compactación del terreno ocasionada por tantas personas caminando sobre sus raíces. Como resultado, a principios de 2020, los técnicos municipales tuvieron que tomar cartas en el asunto, acolchando la base del árbol e impidiendo la aproximación al mismo mediante un cercado para alargar así la vida del ejemplar.

El Tejo de Barondillo de Rascafría, que se calcula tiene entre 1.500 y 2.000 años, también ha sido víctima de esa pasión amorosa; por lo que tuvo que ser protegido por una verja.

Y un último ejemplo es el Tejo de Fortingall, en Escocia, al que se estima una edad de más de 5.000 años. Este árbol ha visto la llegada de los celtas, de los romanos, de los normandos y de los ingleses. En 1785 ya era célebre; tanto, que se levantó un muro de piedra a su alrededor para protegerlo. Pero el ejemplar sigue en peligro por la masificación del turismo  y la práctica de arrancar ramitas de recuerdo.

 

Recuerda… hay amores que matan.


Si quieres ampliar la información sobre este tema te recomendamos consultar el informe Baños de bosque una propuesta de salud, publicado por El Instituto DKV de Vida Saludable. Además facilitan rutas en distintos parques naturales, que se pueden conocer y recorrer con la ayuda de la popular aplicación para móviles Wikiloc. Este proyecto se desarrolla con Europarc España, organismo que reúne a los gestores de las áreas naturales protegidas del país.

 

¡Y ahora date un baño de bosque en el parque de la Casa de Campo!