El muro histórico de la Casa de Campo recupera su antiguo esplendor en el tramo comprendido entre los arroyos Antequina y Portugués

 

A lo largo del pasado mes de agosto aparecía en diversos medios de comunicación la noticia de la finalización de las obras de restauración de la tapia histórica de la Casa de Campo en el tramo comprendido entre los arroyos Antequina y de El Portugués, por parte del Ayuntamiento de la capital.

Hasta el momento de su restauración, la tapia histórica en torno al Arroyo de Antequina y de El Portugués estaba muy deteriorada; habiendo perdido incluso parte de estructura en algunos tramos.

 

A lo largo de los años, la tapia fue objeto de muchas reparaciones y modificaciones utilizando a veces métodos cuestionables y materiales incompatibles con la construcción. En algunos casos se habían tapiado los aliviaderos, la vegetación cercana ponía en peligro la base estructural del muro, los depósitos de sedimentos habían colmatado los cauces de los arroyos estacionales y en épocas de crecidas se producía una acumulación de agua a los lados de la tapia por no poder acceder por las rejas…

 

Con esta última intervención se ha pretendido recuperar sus valores históricos y artísticos y frenar su deterioro; como queda constancia en la “Memoria de la restauración de las Rejas del Antequina y del Portugués de la Casa de Campo” firmada por el arquitecto Victor Amezcua y aprobada por la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento de Madrid, en el año 2017.

 

Las actuaciones se han acometido siguiendo tres fases:

  • Proteger el monumento frente a los efectos del agua retirando la tierra acumulada en las inmediaciones, recuperando los aliviaderos y consolidando los muros y tajamares.
  • Frenar la degradación y reparar los desperfectos de la tapia; ya sean provocados por la propia naturaleza (vegetación, algas, musgos…) o por el ser humano (pintadas, reparaciones con materiales inapropiados…). Para no cometer los mismos errores que en el pasado, en la reciente reparación se han reutilizado la mayoría de los materiales originales; y cuando no ha sido posible, se ha optado por aquellos elementos constructivos que mantuvieran las mismas características  físicas y químicas, velando siempre por su idoneidad y atendiendo el significado histórico de la construcción. A modo de ejemplo, podemos señalar cómo los ladrillos nuevos utilizados se han elaborado de forma artesanal en un tejar donde eran cocidos en un horno de leña; el granito, por su parte, se obtuvo en canteras próximas a los lugares donde se encontraban las canteras originales y se labró cuidadosamente a mano para facilitar su integración en el muro; por último, las rejas se han instalado en las fijaciones originales y se han realizado en materiales duraderos (acero macizo esmaltado) siguiendo los planos originales del siglo XVIII.
  • Poner en valor, a través de la mejora de los accesos y la instalación de carteles informativos que pretenden facilitar el reconocimiento de la Casa de Campo como Bien de Interés Cultural.

 

Una labor que no se puede descuidar, como dejan de manifiestos las imágenes del estado del muro antes de sus distintas rehabilitaciones:


Si deseas conocer más sobre la historia del cerramiento histórico de la Casa de Campo, sus accesos, las restauraciones a las que ha sido sometido y ver in situ cómo ha quedado la última rehabilitación, te invitamos a acompañarnos en nuestra NUEVA actividad dirigida SENDERISMO LA TAPIA I, que tendrá lugar el 17 de octubre a las 10:00 horas.

 

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