Pequeños reptiles se desplazan por la paredes de nuestros hogares, tanto en grandes ciudades como en los pueblos, ayudando a controlar las plagas de insectos. Son las SALAMANQUESAS
La salamanquesa común o Tarentola mauritanica es quizá el reptil más famoso de todo el Mediterráneo. Un visitante común que podemos encontrar en casa caminando por las paredes y haciendo que brinquemos del susto debido a sus escurridizos movimientos.
Como ocurre con otros reptiles, en torno a la salamanquesa se han formado mitos y creencias sobre sus posibles comportamientos y características.
¿Quieres saber toda la verdad sobre las salamanquesas?
Pues te invitamos a que consultes el documento que hemos preparado para presentártelas.
Los geckos son unos de los reptiles más parlanchines y producen gran cantidad de gorjeos, chasquidos y chillidos (algunos inaudibles por el ser humano). Esta vocalización es una manera rudimentaria de comunicación e interacción con otros ejemplares con fines territoriales o reproductivos; llegando en los casos más especializados a imitar el sonido de sus presas (como el canto de los grillos).
En el audio adjunto, podréis «deleitaros» con la sonoridad de sus vocalizaciones:
¿Cómo puede este diminuto animal ayudar al ser humano?
A lo largo del tiempo, el ser humano se ha acostumbrado a convivir con este pequeño y silencioso dragón al que ha considerado un compañero indispensable en la luchas contra las plagas de insectos, al tratarse de un voraz y eficaz depredador de los mismos.
Pero además, el hecho de habitar y de alimentarse en las ciudades ha convertido a la salamanquesa en un importante bioindicador de la contaminación urbana.
En este sentido, se ha realizado un estudio (Fletcher et al., 2008) en tres localidades de la provincia de Córdoba (pantano del Guadalmellato, Villaviciosa de Córdoba y ciudad de Córdoba) que representan un gradiente de urbanización, obteniéndose como resultado que los niveles de Cs, V, Se, As, Ni y Cd fueron mayores en zonas urbanas. Teniendo como referencia de menor contaminación la zona rural del pantano del Guadalmellato, se confirmó que los niveles de Pb fueron en Villaviciosa de Córdoba 4 veces superiores y en la ciudad de Córdoba 14 veces superiores.
Aunque si hay un avance científico relacionado con el gecko que ha tenido una mayor incidencia en los procesos de I+D de los últimos años, ese ha sido el descubrimiento de la forma en la que estos animales se desplazan por superficies lisas totalmente verticales.
Un estudio liderado por el biólogo Kellar Autumn en el año 2000 descubrió cómo funcionan unas nanoestructuras ubicadas en los dedos de los geckos (compuestas por miles de pelos microscópicos, que a su vez se dividen en estructuras más pequeñas llamadas espátulas), que se ensanchan y aplanan en la punta formando un triángulo redondeado que aumenta el área de contacto entre el pie y la superficie; lo que permite el establecimiento de fuerzas de Van der Waals, que posibilitan que un gecko pueda aguantar todo su cuerpo con un solo dedo en una superficie vertical.
Este descubrimiento abrió múltiples posibilidades en el mundo de las cintas adhesivas, posibilitando la creación de nuevos productos que no son pegajosos, no se secan, no se ensucian y no dejan residuos. En consecuencia, permanecen pegadas más tiempo y se pueden usar múltiples veces sin que pierdan adherencia.
Un tecnología similar a la anterior se está desarrollando para aplicarla en el campo de la medicina con el objetivo de reparar vasos sanguíneos o sellar agujeros en el tracto digestivo.
También se han creado geckos robots que podrían usarse como rastreadores de supervivientes en edificios derrumbados o exploradores del espacio (la NASA está construyendo un robot capaz de desplazarse por el exterior de las naves espaciales para la reparación de averías).
Además, el Departamento de Defensa de los EE UU ha desarrollado unas paletas que podrían ayudar a los soldados a escalar paredes infranqueables, que permiten aguantar personas de aproximadamente 100 kilogramos de peso y escalar paredes de cristal de más de 7 metros de altura.
Por último, el profesor Matthew Vickaryous, se ha centrado en el estudio del mecanismo de recuperación de la cola de los geckos (recuperan su extremidad en 30 días, más rápido que ningún otro reptil) y ha descubierto que la médula espinal de su rabo contiene un buen número de células madre y proteínas que permiten esa regeneración; lo que los convierte en modelos ideales para investigar la regeneración de tejidos humanos.
¿Cuántas cosas más nos ayudarán a descubrir las salamanquesas en los próximos años?
Una pregunta que no tendrá respuesta si no nos involucramos en su conservación.
En próximas entradas os mostraremos cómo fabricar un refugio de salamanquesas a partir de material reciclado.