Con el fin de crear conciencia sobre la incesante producción y consumo de la humanidad, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 17 de junio como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

 

La desertificación es el resultado de una permanente degradación de los suelos, que van perdiendo de forma progresiva todo su potencial de producción; y que afecta prioritariamente a los ecosistemas de zonas secas que cubren 1/3 de la superficie del planeta. Se trata de un proceso complejo resultado de múltiples factores.

  • La desaparición de la cubierta vegetal: que mantiene la capa fértil del suelo; debido a la tala de árboles y arbustos por su valor maderero, uso como combustible o para obtener tierras para cultivos.
  • El sobrepastoreo o excesiva carga ganadera: también impide la regeneración de las plantas al ritmo que son consumidas por los animales, que con sus pisadas destruyen la capa superior del suelo.
  • La agricultura intensiva: que agota los nutrientes del suelo agotándolo y haciéndolo más vulnerable a los factores climáticos.
  • La sobreexplotación de los acuíferos y la salinización del agua.

En estas circunstancias, el viento y el agua agravan la situación arrastrando la capa superficial de suelo fértil y dejando atrás tierras improductivas.

Por otro lado, la sequía representa un cambio o anomalía del clima, que ocasiona la ausencia de precipitaciones normales. Fenómeno incentivado en los últimos años por el cambio climático consecuencia del aumento de contaminación atmosférica.

Hoy día, más de dos mil millones de hectáreas de tierras previamente productivas están degradadas

Más del 70% de los ecosistemas naturales se han transformado. Para 2050, esto podría llegar al 90%

En la actualidad, esto representa un grave problema para la economía y el desarrollo de los países donde la siembra y la producción agrícola representan unas de las principales fuentes de ingresos.

Por esta razón, hoy más que nunca se necesita que se adopten políticas de estado que ayuden a neutralizar la degradación de los suelos y donde todos los organismos involucrados asuman el compromiso para el logro de este objetivo, que a la larga, es la única garantía para poder disfrutar de todos los recursos que la madre naturaleza nos brinda.


El Día de la Desertificación y la Sequía 2020 se centrará en los vínculos entre el consumo y la producción humana

 

A medida que las poblaciones se hacen más grandes, más ricas y más urbanas, hay una demanda mucho mayor de tierra para proporcionar alimentos y fibras textiles. Mientras tanto, la salud y la productividad de las tierras cultivables existentes están disminuyendo, empeorando por el cambio climático.

Alrededor del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra.

La producción de ropa y calzado causa el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, una cifra que se prevé que aumente casi el 50% para 2030.

Fortalecer la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios e hídricos puede ayudar a reducir los efectos de cualquier pandemia, reduciendo indirectamente la pobreza mundial y la inseguridad alimentaria. Hoy, el lema “Suelo sano = gente sana», promovido por la Convención para Combatir la Desertificación, es más cierto que nunca.

Por esta razón, se acordó que para este año el lema del Día de la Desertización y la Sequía, sería: “Alimentos, Forrajes, Fibra”, donde se espera crear conciencia en la población para empezar a realizar cambios en nuestro estilo de vida y así reducir el impacto negativo que hemos produciendo a los suelos durante décadas.

Está en nuestra mano luchar para evitar que la creación de zonas improductivas siga en aumento, a través de sencillas acciones:

  • En relación a la aridez: limitar la huella personal de carbono y participar en acciones voluntarias de reforestación y restauración del medio natural.
  • En relación a la erosión: en el medio natural, no caminar ni circular en bicicleta y menos aún en vehículo motorizado, fuera de los caminos autorizados. Ganaderos, agricultores y silvicultores deben evitar malas prácticas que provoquen la pérdida de suelo. Limitar y controlar el desarrollo urbanístico.
  • En relación a los incendios forestales: respetar la legislación en materia de desbroces de matorral y quema de rastrojos. Evitar circular por el monte en vehículo motorizado. No realizar hogueras ni barbacoas ni arrojar desperdicios.
  • En relación a la sobreexplotación de los acuíferos: consumir productos de temporada y locales que exigen menos consumo de agua. En muchos sitios, los acuíferos son el plan B para el suministro de los hogares en caso de sequía; por lo que debemos realizar un uso responsable del agua.
  • En relación al consumo: adquirir productos de proximidad, reducir los desperdicios de alimentos, cambios en la dieta, promover el intercambio de ropa o la adquisión en locales de segunda mano, reducir las emisiones de carbono…

 

Si quieres saber más sobre la importancia que tiene la cubierta viva del suelo en la conservación del mismo, te recordamos que el próximo 18 de junio  a las 17:00 horas tendrá lugar el WEBINAR: La Piel Viva del Suelo

 

Por último, te ofrecemos algunas páginas de interés para ampliar los temas abordados:

Porque… #YoMeQuedoEnCasa

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