El Ayuntamiento de Madrid está llevando a cabo una política transversal para mejorar la calidad del aire (Plan Madrid 360 º) y, entre de las acciones que engloba esa estrategia, destaca el Bosque Metropolitano, un corredor verde de 75 km que bordeará la ciudad de Madrid para mejorar las condiciones ambientales y proporcionar mayores oportunidades de ocio saludable.
El Bosque Metropolitano es una gran infraestructura verde, un concepto que desde el mundo académico ha venido a reemplazar el concepto de zona verde en reconocimiento al servicio que prestan los espacios libres en la mejora de la salud humana y el medio ambiente cuando tienen un funcionamiento interconectado.
Entre los beneficios que aportará este cinturón forestal están los de mejorar la calidad del aire; actuar como regulador térmico disminuyendo el efecto de isla de calor urbana; reducir las emisiones de CO2 contribuyendo a la lucha contra el cambio climático; prevenir los riesgos de inundación o mejorar a biodiversidad. Además, desde el punto de vista social incrementa el sentimiento de comunidad, mejora la oferta de itinerarios peatonales y ciclistas y, por tanto, mejora la salud de la población con espacios próximos y oferta variada de ocio.
En este Bosque Metropolitano, que será el nuevo pulmón verde de la ciudad, se plantarán hasta 400.000 árboles en suelo municipal disponible que ayudarán a la restauración ecológica y paisajística de zonas degradadas y a la mejora ambiental y puesta en valor del entorno de nuevos desarrollos urbanísticos y del conjunto de Madrid. Las especies serán autóctonas, representativas de nuestro patrimonio natural y adaptadas a las condiciones de nuestro municipio y a los escenarios de cambio climático previstos: encinas, álamos, acebuches, madroños, pinos piñoneros y carrascos, algarrobos, sauces, fresnos, olmos y otras especies arbóreas, acompañadas de retamas, majuelos, adelfas, romeros, tomillos, enebros, jaras y otros arbustos y matas.
Además, las masas forestales se acompañarán de algunas zonas infantiles, senderos para el paseo y práctica del deporte, áreas caninas y otros equipamientos que contribuyan a su uso, al recreo y al disfrute por parte de la ciudadanía. Para garantizar su continuidad se contemplan también ecoductos (puentes verdes) que permitan salvar las principales infraestructuras de transporte en determinados puntos. El bosque supondrá la absorción de 170.000 toneladas de CO2 cuando alcance la madurez.
Madrid se encuentra bastante bien situada respecto al conjunto de ciudades españolas en dotación de zonas verdes, con 22,83 m2 por habitante (por encima de los 10-15 m2 que recomienda la OMS), lo que la sitúa en quinto lugar tras Vitoria, Pamplona, Logroño y Sevilla. Pero los espacios de mayor valor ambiental se sitúan al noroeste del municipio, dotados de continuidad (Monte del Pardo, Parque Regional de la Cuenca alta del Manzanares y Casa de Campo). Sin embargo, la trama verde del sur y del este presenta menos espacios y menos conectados. Ante esto y ante la amplia reserva de suelos pendiente de desarrollo, el sur del municipio se plantea como la mayor oportunidad para hacer una infraestructura verde interconectada y también supone una herramienta de vertebración y de reequilibrio territorial.