Desde marzo de 2016 funciona la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid. Se trata de una unidad que está especializada en atender a víctimas de delitos de odio, y también en prevenirlos. Dos de sus agentes nos cuentan en qué consiste su trabajo y sus motivaciones.

Arantxa

«Tengo que reconocer que estoy en esto por vocación. Desde pequeña me encantaba jugar a ser policía, pero una policía que ayudaba y protegía a los demás. Aprobé la oposición en el Cuerpo Nacional de Policía, en pleno auge de la policía de barrio, y ya se vislumbraba el cambio de modelo o al menos de enfoque que se iba produciendo en los cuerpos de seguridad del Estado.

Dos años después, aprobé la oposición de Policía Municipal de Madrid y tras varios destinos entre los que destaco: Patrullera de distrito, agente tutora o en la Unidad de Investigación de Accidentes, siempre he tenido claro qué tipo de policía quería ser: alguien cercano a la ciudadanía, una policía que no renuncia a sus funciones, pero es sensible a su tiempo, y a la sociedad a la pertenece, ejerciendo una labor preventiva y colaborativa.

Cuando supe que se creaba la Unidad de Gestión de la Diversidad, además del acierto que ello significaba por parte del Ayuntamiento, por fin encontraba ese desempeño profesional que encajaba perfectamente en mi ideal; un servicio que tiene en su fundamentación la proximidad a las personas y a los conflictos de una ciudad diversa; una policía cercana a los colectivos LGTBI, a las asociaciones y a las personas afectadas por delitos de odio y discriminación, con la necesidad de hacer un permanente análisis de la realidad. Por ello no lo dudé, me presenté al concurso y aquí estoy».

José Luis

«Aunque sea un policía veterano, con mucha experiencia y con muchas ganas, mi vocación es la de Educador Social, por esa necesidad de ayudar a transformar realidades. Desde 2004 he prestado servicio como agente tutor de la Policía Municipal de Madrid en la UID de Chamberí, en distintos ámbitos y contextos con menores. Trabajar en red con los servicios comunitarios del distrito, en coordinación con extraordinarias y extraordinarios profesionales de los servicios sociales y otras instituciones, como la escuela; y haber intervenido en primera línea con fenómenos como las pandillas juveniles, el acoso escolar, o los Menores Inmigrantes no Acompañados, me ha dado aprendizajes y experiencias enormes. Uno de ellos ha sido conocer dimensión del concepto de diversidad para la cohesión social, en un mundo en el que las grandes ciudades, como Madrid, están llamadas a ser protagonistas de los grandes cambios sociales.

La LGTBIfobia, el racismo, la xenofobia, y etcétera, son viejas lacras que nos acompañan desde siempre. Como agente tutor en 2007 ya identificaba indicadores preocupantes, a veces, a la salida de los centros educativos y en los espacios que comparten los adolescentes. Incluso si uno se fija en la ciudad, va a ver esos potentes significantes de intolerancia, LGTBIfobia, racismo, y odio, pintados en las paredes.

Tal vez una de las cosas que más me alarmó, cuando aún trabajaba con menores, fue que en mitad de la crisis humanitaria (aún no resuelta) de los refugiados, una mañana Chamberí se despertó forrada con carteles del HSM en la que se leía “Welcome Terroristas” en una clara alusión al internacional y solidario lema Welcome Refugees. Aquellos infames carteles estaban situados en zonas escolares, y evidenciaban la necesidad de la sociedad madrileña de inmunizarse frente a ese virus del odio que se intenta propagar. Por ello que cuando se creó la Unidad de Gestión de la Diversidad, no me lo pensé dos veces y decidí concursar. Echo de menos mi antigua Unidad, por los grandes profesionales y amigos que he dejado, pero aquí he encontrado gente enorme, muy preparada y con muchas ganas. Seguimos».

Si has sufrido o has sido testigo de alguna agresión LGTBIfobia, infórmanos. Si simplemente quieres información, no dudes en contactar.

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